Industria Estra, especializada en la producción de utensilios de plástico, se da por bien servida con los resultados que tendrá al cierre de este año.
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Crecerá un máximo de 3%, pese a que en una estrategia de reacomodo en el mercado, optó por renunciar a clientes, productos y regiones no rentables.
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Así lo explica su presidente, Juan Fernando Gómez, al señalar que esos ajustes le han representado “sacrificar ventas que pueden ser del orden de los $5.000 millones”.
En ese orden de ideas, complementa, tener una facturación igual o superior a la del año pasado resulta un balance satisfactorio.
Igualmente, el ejecutivo destacó un proceso de transformación profunda en el que hizo ajustes hasta de $4.000 millones en los gastos, al tiempo que incrementó la eficiencia en la operación.
Todas las decisiones en su conjunto permitirán a la compañía una utilidad neta por encima de la del año pasado. De esta manera, complementó el directivo, “empezamos a afianzarnos para que el 2018 y el 2019 sean muy buenos y podamos hacer inversiones que se verán reflejadas en esos años por casi $7.000 millones, entre máquinas, moldes y tecnología para modernizar la planta. Eso ha hecho que las cosas mejoren mucho al interior de la compañía”.
Con estos nuevos indicadores las perspectivas de Estra dan para esperar un crecimiento de entre 7% y 8% el año entrante, estimó.
Al mencionar algunas de las medidas de ajuste, precisó que la empresa concretó alianzas con algunos clientes para venderles unas máquinas a cambio de maquila. Eso fue lo que pasó con parte de la producción en Bogotá, donde resultaba costoso trasladar productos desde Medellín. Igualmente, optó por dejar de distribuir la marca a Yopal.
Otra determinación de peso tuvo que ver con el adelgazamiento de su red de tiendas. Tenía 30 y eliminó 16, para quedarse con 14 de los formatos correspondeintes a tendencia y solución.
Según Gómez, la idea es fortalecer más los locales para retomar un plan de expansión. De hecho este año ya abrió dos en Cali y en Medellín.
Hoy los puntos en operación son rentables con un portafolio adecuado y menores costos.
Las medidas de choque se adoptaron tras un diagnóstico que hizo la empresa entre el 2014 y el 2015, en el que se identificaron situaciones que se convertían en un “ancla muy pesada” para la organización.
“Las decisiones había que tomarlas porque si no esto era un barco que se estaba hundiendo”, expresó.
Para Juan Fernando Gómez, en el proceso de transformación que ha tenido la empresa en los últimos años ha jugado un papel importante la cultura organizacional, que ha impactado en el desempeño de sus 450 trabajadores.
La compañía ha adoptado una estrategia que se llama TEA, Trabajo entre Amigos, en la cual el personal hizo un trabajo para desprenderse de sus cargos, para asumir en forma conjunta lo que se denomina liderazgo colectivo.
“La gente empezó a sentirse integrada, incluida, inteligente y que aportaba a la excelencia a la ejecución, innovación y sostenibilidad”, expresó el presidente de Estra.