Después de los anuncios presidenciales sobre retomar las relaciones entre Colombia y Venezuela, el sector de la inversión y el comercio se ha vuelto a interesar por el país vecino.
(Vea: Lo que falta para alcanzar metas de comercio bilateral con Venezuela).
En días pasados el ministro de Comercio, Industria y Turismo, Germán Umaña reveló que habían logrado acuerdos para generar certidumbre, sentando las bases para el desarrollo de las inversiones y dejando las reglas claras para el comercio bilateral. Sin embargo, aún hay un nubarrón sobre si es seguro que empresas colombianas inviertan en Venezuela.
En estas circunstancias, las investigaciones corporativa empiezan a jugar un factor clave en la seguridad de las empresas.
(Vea: El sabor ‘agridulce’ de la reactivación económica con Venezuela).
Estas se basan en procesos estructurados de recolección, verificación y análisis de información. De acuerdo con Nicolás Urrutia, director de investigaciones corporativas de Cotrol Risks, es importante identificar los riesgos y tener un lineamiento a la hora de destinar recursos en otro país. Según el director, los empresarios deberían seguir una serie de pasos, para controlar las coyunturas complejas a las que se sigue enfrentando Venezuela.
En primero lugar, se propone que el empresario debe reconocer que hay un entorno de riesgo sui generis con posibilidades de encontrarse con lavado de activos, sanciones internacionales e incluso, corrupción.
“Es importante tener en cuenta que este es un entorno muy diferente al que se está acostumbrado en Colombia u otros países”, explicó Urrutia.
Seguido, el directivo asegura que partiendo de la identificación de esos riesgos es necesario involucrar desde un primer momento en el análisis de oportunidades, no sólo a los equipos financieros, comerciales y estratégicos, sino a los de riesgo, los legales y los de cumplimiento.
“De lo contrario a los comerciales se les abren los ojos en la oportunidad de negocio, mientras que los legales prevén que pueda existir un problema. Tienen que estar sincronizados desde un primer momento”, dijo el director.
(Vea: Exportaciones hacia Venezuela crecieron 32,9% en el primer trimestre).
Ahora bien, llevando la mirada hacia un tercer paso, es necesario realizar un trabajo riguroso e intensificado frente a cualquier contraparte, bien sea un cliente o un proveedor en Venezuela. “Teniendo en cuenta que este trabajo bien hecho, necesita trabajo de campo, personal allá (en Venezuela), evaluando las diferentes situaciones que en Colombia y en muchas partes del mundo se hacen en un computador, en el caso del país vecino, hay que ir”, destacó.
Mientras las realidades de negocio avanzan, Nicolás Urrutia, propone llevar, en un cuarto punto, estar preparados con planes de contingencia para responder a los diferentes problemas que en el vecino se presentan de una manera diferente, “porque el entorno es muy distinto”.
Por esta razón, activar estos planes puede darle seguridad al empresario que en caso de empezar operaciones y se envíe mercancía pueda sufrir de secuestro de la misma y extorsión al enviarla por tierra.
“Esto se trata de tener un plan por la posibilidades de sufrir extorsión de las autoridades policiales y militares, que es alto. No tenemos ninguna razón para creer que va a disminuir en el corto plazo. Qué pasa cuando quien te está extorsionando es la Guardia Nacional y si no capturan al conductor, decomisan la mercancía, se llevan el vehículo y lo dejan retenido, ¿cómo haces para responder a eso sin violar las políticas de corporativas?, por ejemplo, de anticorrupción, antilavado de activos y demás”, resaltó Urrutia.
Por estas razones, el experto infiere en la necesidad de hacer una planificación completa y detallada de cómo actuar ante esos múltiples escenarios. “Esta situación en Venezuela no es un caso de un cliente, esto es reactivamente frecuente”.
Como un último paso, se sugiere al empresario revisar las posibilidades de situaciones que implica la inversión o llegada a este país y recalibrar y actualizar frecuentemente, bien sea en un anuncio positivo o negativo sobre sanciones, para replantear los riesgos y dificultades en el negocio.
De acuerdo con Javier Díaz, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), Colombia no va a recuperar la corriente comercial que se tenía en el pasado con Venezuela.
“Primero, no hay capacidad de compra y segundo porque ahora el privado le vende a una empresa estatal, porque fueron estas las que monopolizaron las compras. Hoy nuevamente hay privados, hay opciones, pero hay riesgos y lo que le decimos a los empresarios es que vean con quién hacen negocios”, subrayó Díaz.
(Vea: Comercio entre Colombia y Venezuela suma US$70,5 millones en 6 meses).
DIANA KATHERINE RODRÍGUEZ TRIANA
Periodista Portafolio