La baja liquidez que agobia al mercado de capitales desde hace un par de años se siente mucho más fuerte en la deuda privada.
Aunque las empresas que salen a emitir bonos generalmente encuentran sobredemanda por parte de los inversionistas, hay dos inconvenientes.
Por un lado, son muy pocas las empresas que optan por financiarse utilizando este mecanismo. Además, quienes adquieren los papeles de deuda corporativa suelen guardarlos hasta su vencimiento, y poco se negocian en el mercado secundario.
Por eso, y luego de varios meses de discusiones entre distintos gremios de la industria, la Bolsa de Valores de Colombia dio a conocer la hoja de ruta para devolverle la dinámica a la deuda privada, que incluye tareas para entidades públicas y privadas.
En términos generales, la idea es facilitar los trámites y abrirles la puerta a más empresas para que accedan a esta fuente de recursos, lo cual ampliará también la disponibilidad de papeles para los inversionistas.
Desde el punto de vista de la oferta, las principales recomendaciones de los expertos son ajustar los costos para emisiones de pequeños montos y facilitar los trámites, lo que incluye el proceso y los tiempos de aprobación de las emisiones, la cantidad de información exigida para los prospectos, y ajustes en materia de divulgación a los inversionistas.
Como se sabe, algunos de estos aspectos se convierten en una barrera de entrada para las compañías de menor tamaño o cuyas necesidades de recursos son más bajas.
Entre tanto, desde la óptica de la demanda, el objetivo es que los inversionistas puedan acceder a títulos que no necesariamente son de muy alta calificación, pero que pueden tener una buena relación riesgo - retorno.
En este punto, la sugerencia es que grandes jugadores como los fondos de pensiones no tengan topes a la hora de participar en las emisiones, pero sí unos límites dependiendo del multifondo que invierte, entre otras.