La capacidad instalada en los puertos de Colombia está aumentado a ritmos impensables hace unos años y este aspecto tiene al comercio ad portas de tener un boom de alto nivel.
(Lea: El transporte estrena ‘cerebro’ informático)
De hecho, según la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), esta cifra cerrará el 2017 con 444 millones de toneladas de capacidad en las terminales nacionales, lo que representa un crecimiento de 55% frente a las 286 millones del 2010.
(Lea: Concesionarios del río Magdalena, en cintura)
Sin embargo, no parará allí. Y es que este incremento deviene directamente de las inversiones que las concesiones portuarias han venido realizando en el país desde que inició este programa hace siete años, que superan los US$2.200 millones.
Además, en el periodo 2016 - 2021, la entidad espera que los privados inviertan unos US$276 millones anuales, para un total de US$1.380. Estos recursos serían destinados en la profundización de los canales de acceso y la instalación de nuevos puntos de atraque, por mencionar unos ejemplos.
“En general, el sector de los puertos es de los que más inversión han tenido, completamente privada, y en los últimos años han generado una gran transformación. Prueba del gran avance es que en el 2010 existía una capacidad instalada de 286 millones de toneladas y vamos a tener en el 2021 unas 514 millones de toneladas”, aseguró Dimitri Zaninovich, presidente de la ANI.
Y aunque esta visión es bien vista por la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), su presidente, Javier Díaz, opina que la industria marítima global está migrando a otro tipo de procesos, para los cuales el país tiene varios retos.
“Tenemos que abrir el debate sobre qué va a pasar, hacia futuro, sobre todo en cuanto a fusiones, adquisiciones y navieras, que se están integrando verticalmente, y ahora trabajan con puertos propios. Esto quiere decir que el negocio está cambiando”, indicó Díaz.
Lo anterior, según el dirigente gremial, revela que, a pesar del incremento en la capacidad instalada, algunas terminales podrían quedar inviables a mediano plazo, como ha venido pasando con puntos de salida y llegada en América Latina.
DEL OTRO LADO
Ahora, la visión desde el Ministerio de Transporte es más optimista, toda vez que viene desarrollando políticas en varios frentes de trabajo, con el fin de hacerle frente a esta realidad.
Así lo explicó César Peñaloza, viceministro de Infraestructura, quien indicó que este crecimiento en la capacidad se vuelve un reto para el país, en términos logísticos y de conectividad.
“Ahora, el país tiene que pensar en el que será el sistema logístico nacional del futuro, lo que significa mejorar la llegada a los puertos, ya sea a través de los canales de acceso marítimos o fluviales, o de las vías de acceso a los mismos”, aseguró el Viceministro.
En esto coincidió Juan Carlos Rodríguez, presidente de la Federación Colombiana de Transportadores de Carga y su Logística (Colfecar), quien afirmó que el principal reto, ahora, será “del puerto hacia adentro, porque es una deuda que tiene el país con estas terminales, y es una de las cosas que falta para que se dé su desarrollo pleno”.
Además, Peñaloza dijo que “el otro reto es complementar inversiones y crecimiento de la capacidad con un sistema de respaldo, en el que se incluyan plataformas que, finalmente, redunden en mejores costos logísticos”, al tiempo que aseguró que de aquí en adelante, los puertos deberán integrarse también a las grandes cadenas de servicio globales (tales como las que ofrecen Amazon o Alibaba, por ejemplo).
Este trabajo, que se haría por políticas públicas, deberá tener una génesis tanto pública como privada.
seblon@eltiempo.com