Tras la compra de Abocol (compañía de inversionistas extranjeros), la multinacional noruega de los fertilizantes, Yara, se quedó con el 40 por ciento de este mercado en Colombia, que tiene un volumen estimado de 1,5 millones de toneladas anuales, y valorado en 750 millones de dólares.
Así, luego de 54 años de recordación de la marca en el sector agrícola, la de Abocol irá desapareciendo de los empaques de los productos, para dar paso al barco vikingo que ha hecho popular a Yara desde 1905.
El proceso ya comenzó a hacerse lentamente; los nombres comerciales de las formulaciones se mantendrán y los empaques irán migrando del rojo al azul.
Ahora, el reto que tiene Yara es atenderlo de forma eficiente.
Para esto, José Leopoldo González, gerente de esta empresa en Colombia, anunció inversiones por más de 100 millones de dólares, que irán haciéndose gradualmente durante dos años.
“Las dedicaremos a los procesos de modernización, optimización y ampliación de nuestras plantas”, dijo el dirigente empresarial, en diálogo con Portafolio.
Vale la pena anotar que además de Abocol, la noruega compró la Empresa de Fosfatos de Boyacá y OFD Comercial, que le pertenecen desde comienzos de octubre del 2014.
Precios, mercado y perspectivas de la empresa, fueron los tres temas tratados en entrevista con el dirigente empresarial.
¿Los precios de los fertilizantes van a bajar en la misma proporción que los combustibles fósiles?
El nitrógeno, en general, tiene su origen en la industria petroquímica y tiene al gas natural como su materia prima más importante.
El costo final del insumo (fertilizante), depende de lo que deba pagar por el gas natural.
En Colombia, el precio del gas natural lo regula la Creg, lo que ha hecho que el insumo final no haya bajado de precio. El dólar también tiene su peso, pues las compras se hacen en dólares, por lo que la devaluación de la moneda local encarece los productos.
¿Otros factores que inciden?
Todos los costos de internación (desembarco, almacenaje), más los derivados de las falencias en infraestructura.
Las distancias de los puertos a donde están los agricultores también tiene su costo por kilómetro recorrido.
¿Las regulaciones sobre el producto (urea) hacían mantener altos los precios?
La cadena de distribución se ha acomodado a manipular los productos para que no generen riesgos (para otros usos).
¿Cuál será la expectativa por estos productos?
En la medida en que siga presentándose devaluación del peso, los precios mantendrán la dinámica actual, con un incremento lento; sin embargo, no se ve tendencia alcista en el mercado mundial.
¿Cómo quedó Yara con las recientes adquisiciones?
Quedamos con el 40 por ciento del mercado nacional. Yara está haciendo las inversiones en infraestructura para el manejo de los fertilizantes, mejoramiento de las plantas de producción, eficiencia, seguridad y en capacidad de almacenamiento. No habrá incremento significativo en la producción.
¿Está involucrándose con la cadena de distribución?
Esta ha venido dándole valor agregado a los productos que distribuye. Un distribuidor presta servicios logísticos, tiene capital propio e, incluso, da crédito a los agricultores.
Las empresas, como nosotros, no estamos en capacidad de hacerlo.
No son intermediarios que compran y venden y se lucran de un negocio; no hay espacio para eso.
Juan C. Domínguez
Economía y Negocios