Si un observador externo le da una mirada a la gestión del gobierno tiene que quedar preocupado. La situación de seguridad se ha deteriorado de manera grave y la Paz Total, que ahora Petro dice que es cosa de los periodistas, está yendo de mal en peor.
La improvisación desbordó completamente al Comisionado y no hay ningún indicio de que esto se pueda mejorar. Hay muchos cargos en manos de encargados, y en temas como el de la infraestructura no se ven intenciones de emprender proyectos que ayuden a superar el atraso en este frente. Siguen hablando de los contratos que van a hacer con la Juntas de Acción Comunal, como si eso fuera una alternativa para los proyectos grandes. Claro que hay que hacer obras en los municipios y en los lugares alejados, pero hay que hacerlos bien y no repetir las tristes experiencias del ministro, Andrés Uriel.
Con inseguridad y sin infraestructura pocas posibilidades tiene ese turismo del que habla el Presidente pero que, como en tantas cosas, se queda en el discurso. En el mundo real lo que ocurre es que, por ejemplo, el Departamento de Estado de EE. UU. recomienda no venir a varias regiones de Colombia.
Habla y habla de los campesinos, pero metiendo cizaña y con explicaciones alejadas de la realidad hace daño a instituciones que, como las cafeteras, han hecho mucho y pueden hacer mucho más. Es cierto que hay cosas por mejorar, pero como en la salud, las pensiones o la legislación laboral en lugar de construir sobre lo construido terminan es deteriorando lo que existe. Es una manera muy particular de gobernar.
El tema energético es cuento aparte. Petro está feliz porque aumentaron los ingresos por exportaciones, pero no menciona que fue por hidrocarburos y carbón. El país pacientemente esperó que la ANH publicara su informe de reservas para que él y su Ministra tomaran una posición con respecto a la negativa de nuevos contratos de exploración.
Pues bien, el informe salió y es contundente la conclusión sobre lo vulnerable de nuestra situación. De manera inexplicable, Petro no da la instrucción a su terca Ministra de que no puede seguir jugando con la estabilidad el país por cuenta de las teorías que la han intoxicado. La grave situación que estuvo a punto de presentarse en el occidente, por el problema en el gasoducto, debería haber sido suficiente para que entendieran que con estos temas no se puede jugar.
Colombia requiere nuevos contratos de exploración.
El país va mal, Presidente. Así lo perciben los ciudadanos como se refleja en las encuestas. Está todavía a tiempo de corregir. Piense que, si pone en práctica la invitación que hizo en su posesión de trabajar unidos por Colombia, el país le va a responder. A todos nos perjudica que usted fracase.
Ricardo Villaveces P.
Consultor Privado