La Organización Mundial de la Salud calcula que cada año mueren 4,3 millones de personas en el mundo, por la contaminación intramural producida por el humo de cocinas de leña, carbón o biomasa. Una cifra alarmante, que equivale a juntar el doble de víctimas mortales del VIH, tuberculosis y malaria.
Utilizar combustibles sólidos para cocinar genera afecciones como la enfermedad isquémica del corazón, accidentes cerebro-vasculares, infecciones respiratorias agudas y la enfermedad pulmonar obstructiva (EPOC), que representa la tercera mayor causa de muerte en Colombia. Estas enfermedades afectan principalmente a las mujeres y a los niños que las acompañan. Es que el humo de la leña en una habitación equivale a inhalar 400 cigarrillos cada hora y en Colombia tenemos más de 1,6 millones de familias que usan fogones de leña o carbón.
Estas cifras evidencian la necesidad urgente de procurar a estas poblaciones, el acceso a otras fuentes de energía que no impacten su salud. El Gas Licuado del Petróleo -GLP- que se distribuye comúnmente en cilindros y en algunas regiones del país por redes, es la opción más adecuada para cumplir este objetivo. Es un combustible eficiente por su alto poder calorífico y tiene la gran ventaja de su portabilidad: los camiones con GLP puede llegar a todas partes, aún a las zonas mas apartadas y difíciles de la geografía nacional, sin necesidad de construir infraestructura de transporte por ducto, sin pagar las acometidas en los hogares de menores recursos y sin obligaciones de pago de cargos fijos que se constituyen en una carga onerosa para las familias que no tienen ingresos asegurados.
Muchas de estas familias consumidoras de leña requieren subsidios al combustible, para poder acceder al mismo. Los subsidios al consumo de GLP, para beneficiar a la gente más necesitada, sólo se establecieron en el 2013 y cobija pocos departamentos (Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá, San Andrés Islas, Amazonas y Vaupés). Es un subsidio para el 50% y el 40% del consumo mensual de subsistencia para las familias de estratos 1 y 2, respectivamente. La buena noticia es que el gobierno del Presidente Duque está decidido a ampliar estos subsidios para apalancar el programa de sustitución de leña o carbón, por un combustible limpio.
En el Plan Nacional de Desarrollo (2018-2022), se dieron los lineamientos para que ello suceda y la UPME contrató un estudio en 2019, con el propósito de estructurar el programa de sustitución de leña. Lamentablemente, por limitaciones en presupuesto, la meta del plan es llegar a tan sólo 100.000 familias en este cuatrienio.
Valdría la pena reconsiderarla con el propósito de no dejar a tantas familias por fuera. Pero lo más importante es que el programa finalmente empiece a implementarse tan pronto como sea posible, a mas tardar el año entrante y, que se tomen oportunamente las decisiones necesarias para resolver los inconvenientes que ha tenido.
Alejandro Martínez Villegas
ExViceministro de Minas y Energía