Hablo en plural. Todo indica que tendremos dos eventos electorales para elegir nuestro nuevo presidente. Difícilmente alguno de los actuales candidatos obtendrá más del 50% de los sufragios.
Todas las elecciones son importantes; no obstante, en las próximas, que se llevarán a cabo el 27 de mayo, para elegir al nuevo mandatario, se presentaron un buen número de candidatos. Hay para todos los gustos. Se encuentran representadas diversas tendencias políticas.
Estamos atravesando un período crítico, colmado de incertidumbre, ignoramos cómo vamos a recuperarnos de los males que nos aquejan. No se ve la luz al final del túnel. Ha rebrotado la inseguridad, existen disidencias de las Farc, el Eln no tiene la voluntad política para deponer las armas, resurgió el Epl, se han incrementado de nuevo los secuestros, la corrupción continua; si bien la economía ha tenido una leve mejoría, no se percibe la derrota del desempleo; el presidente Santos perdió su credibilidad, por consiguiente está imposibilitado para proponer salidas redentoras, la clase política está desprestigiada, los partidos desaparecieron, continuamos teniendo diferencias socioeconómicas entre regiones y ciudadanos intolerables, los problemas de salud continúan, al rezago en la educación elemental y media son evidentes, los aspirantes solo hablan de la educación superior, el narcotráfico nos avasalla, pedimos a gritos la renovación de nuestros líderes.
Estamos a la expectativa de a quién vamos a elegir para que nos devuelva la esperanza. Renovar el liderazgo debe ser la finalidad de la próxima elección.
Los enfrentamientos para resaltar las diferencias entre los candidatos han sido la constante en los debates. Por eso considero un gran logro el pacto de no agresión entre ellos, extensivo a sus seguidores y mensajes en las redes sociales. Se trata de un buen comienzo que ojalá nos condujera a un acuerdo sobre temas fundamentales. En lo que hemos visto hasta ahora, también existen coincidencias. ¿Por qué no luchar para identificar los puntos de acuerdo en lugar de destacar de manera excluyente las divergencias?
En política siempre habrá puntos de vista diversos y a veces antagónicos, y debemos tolerarlos, lo cual no descarta las coincidencias. En estos momentos de profunda división e intolerancia, vale la pena hacer un esfuerzo para identificar lo que nos une, más que lo que nos separa.
Solamente he escuchado a uno de los candidatos, Petro, añadiendo otro ingrediente a la división que actualmente existe. Se trate de la lucha de clases, él habla de la oligarquía, lo cual implica que existan opresores y oprimidos. Claro está que es indispensable y urgente buscar una mayor equidad. La igualdad absoluta que pretende es una utopía. La dirigencia política y militar en Cuba tiene un nivel de vida muy superior al de la ciudadanía rasa. Es importante tener tasas impositivas progresivas, pero también debemos proteger la competitividad de nuestro sector productivo, el que genera empleo formal.
A quienes hemos sido testigos de las diferentes épocas de nuestra débil economía con sus vaivenes nos es incompresible su insistencia de agotar las reservas petroleras actuales y sustituirlas por energías alternativas. Un sueño populista, como la igualdad absoluta, que nos causaría un daño irremediable.