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MARTES, 28 DE NOVIEMBRE DE 2023

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Horacio Ayala Vela

Adiós a la gran empresaria

La Hermana Esther creó una empresa, que se inició en 1972 con un pequeño taller de confecciones. 

Horacio Ayala Vela
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Horacio Ayala Vela

Falleció recientemente en Bogotá la Hermana, Esther Castaño Mejía, quien dedicó toda su vida a la reivindicación de jóvenes mujeres abusadas y desprotegidas, utilizando como instrumento principal una muy importante industria de confecciones.

No conforme con el modelo tradicional de los benefactores, la Hermana Esther creó una empresa, que se inició en 1972 con un pequeño taller de confecciones en el barrio La Candelaria de Bogotá, con tres máquinas usadas que recibió de algún generoso donante.

Con su pujanza y su energía paisa puestas a toda prueba, creía que podía conseguir la meta que se fijó, de ayudar a muchas jóvenes mujeres -la mayoría madres solteras hundidas en la prostitución- y a fe que lo logró, dedicando hasta el último día de su vida al cumplimiento de la meta que se propuso desde el principio.

Lo que empezó como el sueño de cumplir un loable propósito, cincuenta años después se ha transformado es una industria de confecciones altamente especializada, cuya producción está destinada en su totalidad a la exportación, principalmente al Reino Unido. El proceso se inicia con el entrenamiento de mujeres jóvenes, ignoradas por la sociedad, actividad que resulta particularmente exigente tratándose de prendas destinadas a la exportación, para los deportes extremos.

Utilizando su plena capacidad la planta ha llegado a tener 300 trabajadoras y está en condiciones de producir hasta seis mil prendas al mes. Una vez superada la etapa del entrenamiento, las mujeres favorecidas se integran a la nómina de trabajadoras formales, gozando de todas las garantías laborales.

Pero, además, la labor social que ha venido desarrollando la empresa, bajo la tutela y los objetivos sociales que se impuso la Hermana Esther Castaño Mejía, le ha valido múltiples reconocimientos nacionales e internacionales.

Entre otros, en Colombia ha sido distinguida con el Premio Portafolio, el Premio Confecámaras, el Premio Alejandro Ángel Escobar y dos de nivel mundial: el Premio del Festival Mundología, por el cuidado a la vida, plasmado en las buenas condiciones laborales y económicas que la Fundación ofrece a sus empleadas, recibido en Friburgo, y la Certificación en Comercio Justo, otorgada en Munich por la WFTO (World Fair Trade Organization) en reconocimiento a que Miquelina es una empresa que aplica métodos y relaciones equilibradas en las condiciones de trabajo, los salarios, el medioambiente, y que está en contra del trabajo infantil, la esclavitud y la explotación indebida de la mujer.

Son muy pocas las empresas autorizadas a llevar la marca 'Comercio Justo' en sus etiquetas.

Pero además, los esfuerzos de la Hermana Esther y las Hermanas Adoratrices también han cubierto otras necesidades básicas de las mujeres favorecidas, como la vivienda y la educación de sus hijos. Observando la obra, a la cual la Hermana Esther Castaño dedicó toda su vida, es difícil no creer que existen los milagros.

Horacio Ayala Vela
Consultor privado.

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