Inteligencia social es la capacidad para y relacionarte bien y comunicarte de modo empático y asertivo. Pide conocerte a ti mismo y tener una buena gestión de tus emociones.
Está emparentada con la inteligencia emocional y ambas se enriquecen mutuamente. Con inteligencia emocional conoces tu ser y aprendes a manejar bien tus emociones y las de otros. Sé bueno en expresión, diálogo, escucha, conciliación y aprendizajes.
Ten habilidad para comunicarte con empatía dando importancia al lenguaje verbal y gestual para una conversación fluida. Usa palabras correctas, el tono idóneo, y logra una interacción amorosa con los demás.
Saber escuchar es fundamental para el desarrollo de la inteligencia social. Con dedicación logras conectar con los interlocutores, prevenir conflictos y aprendes a través del diálogo. Esto contribuye al crecimiento personal y a disfrutar de una buenas relaciones.
Te consagras a comprender sin juzgar, y tratas a todos con compasión, aceptación y paciencia. Puedes conocer las emociones de las personas, ya sean negativas o positivas y gestionarlas bien. Es un ejercicio de empatía, y facilita la comunicación con las demás personas.
El reto es adaptarte a diferentes entornos sociales: familiar, laboral y en la amistad. Con buena actitud y amor, se reduce el estrés y aseguras interacciones más constructivas.
Con inteligencia social aplicas habilidades y logras una buena comunicación e interacción. Entonces puedes comprender, dialogar, trabajar en equipo y colaborar en un clima oxigenado y productivo.
Es un recurso indispensable para socializar y para conseguir y mantener un trabajo. La educación debe ayudar a desarrollar la inteligencia social desde temprana edad y facilitar su dominio.
Es vital conectar con las demás personas sin juicios, prejuicios, y con una actitud compasiva. Dedícate a relacionarte con mucha empatía, respeto, aceptación, tolerancia y honestidad.
La persona sana sabe manejar eficientemente sus emociones y sus relaciones. Evita lo rutinario y aprende a lograr una solución creativa de problemas o conflictos. Dale prioridad al amor propio y a tus relaciones en la familia y en el trabajo.
Con calma, seguridad, respeto, compasión, y sin hostilidad ni malos tratos. Para ello te ayuda mucho el buen hábito de meditar y manejas tus emociones de la mejor manera posible.
Desarrolla la habilidad de comprender y manejar a los demás con una actitud comprensiva y compasiva. Todo fluye bien cuando aprendes a estar bien y a relacionarte con altruismo, bondad y honestidad.
Desarrolla la inteligencia social para mejorar tu vida y lograr felicidad. Es valioso dedicar momentos para analizar cómo actúas y cuáles cambios te conviene hacer. La inteligencia social te facilita buenas relaciones con los otros.
Fomenta esa inteligencia en distintas áreas. Aprende a usar un tono de voz seguro, mirando a los ojos, y mostrando interés. Las relaciones van mal si quieres controlar a los otros o pretendes cambiarlos. Son actos egoístas que generan sufrimiento. Tu aliada es la aceptación amorosa.
GONZALO GALLO
Escritor y conferencista.