JUEVES, 30 DE NOVIEMBRE DE 2023

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Sergio Calderón Acevedo

La vajilla rota

El balance del primer año de la economía real es solo negativo. 

Sergio Calderón Acevedo
POR:
Sergio Calderón Acevedo

El 15 de noviembre se llevará a cabo en el Dane la rueda de prensa que confirmará el fracaso del modelo económico que nos trajo el Nacional Socialismo del siglo XXI.

Sin rubor ni humildad, la directora de la entidad que mide la actividad económica nos revelará lo que ya sabemos: que el sector productivo está en recesión.
Nos dirá que el PIB creció gracias a las actividades artísticas y al exagerado gasto del sector público.

No ahondará en el inocultable hecho de que la industria manufacturera mostrará un descenso de 9%, ni que 34 de sus subsectores caen, mientras que únicamente 5 apenas crecen. Y el que más, el de artículos de viaje y bolsos.

Es evidente que los colombianos requieren ahora más maletas para alimentar la nueva diáspora. También crecen las bebidas, porque debe haber 11 millones de arrepentidos, que deben estar bebiendo para olvidar. Aunque anunciaron que iban a reindustrializar a Colombia, hasta ahora solo hay mayor destrucción del tejido de la producción de bienes. Harían bien en revisar los instrumentos con que cuenta el sector Comercio, Industria y Turismo, y su institucionalidad, para que empiecen a trabajar en hacer caso al clamor nacional de que haya proactividad en la reactivación de la economía.

No mencionará que la industria automotriz tiene un descenso que bordea 60%. Tampoco nos contará que los despachos de cemento del último año son 5% menos que los del último año del gobierno del presidente Duque. Tampoco que las licencias de construcción de vivienda cayeron casi 20% comparando los mismos períodos ya mencionados. Ni que el número de viviendas efectivamente iniciadas cayó 4,7%.

Tampoco hablará (¿para qué, si nadie entiende ese tecnicismo?) del freno del consumo de los hogares, pero no porque estén ahorrando, sino porque la inflación sigue rampante, alimentada por el encarecimiento de los combustibles y de los alimentos, los elementos más importantes de la canasta familiar.

Tampoco mencionará los indicadores que sí crecen, porque no están visibles en el PIB, como las remesas, que bordearán la friolera de US$10 millardos (40 billones de pesos!) porque las 280 mil hectáreas de coca tienen llenas las ventanillas siniestras, que ya no pasan por el Banco de la República, ni son vigiladas por un doctor Ferrari ni por la Dian, para no disgustar al Ministro de Hacienda y menos al negacionista del terror de Hamás.

El balance del primer año de la economía real es solo negativo. Así como en 2022 había que comparar las cifras con las de 2019, porque el cierre de la pandemia no permitía realizar medidas coherentes, en el próximo gobierno la referencia obligada será el cuatrienio 2018-2022, porque este, como va, será el peor de la historia.

Porque así como la coalición de gobierno quedó fracturada el 29 de octubre, la economía quedará como la vajilla fina que terminó destrozada después de un terremoto.

SERGIO CALDERÓN ACEVEDO
​Analista

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