El director de la Dian, Luis Carlos Reyes, anunció que Colombia buscaría crear su propia moneda digital del Banco Central (Central Bank Digital Currency, CBDC), con el fin de combatir la elusión y hacer más fáciles las transacciones para el consumidor.
Se buscaría con ese medio reducir los pagos en efectivo pues ellos facilitan la evasión fiscal, estimada en el 6% de PIB. Según Reyes una moneda digital estatal permitiría seguir la trazabilidad de los pagos y aplicarles los impuestos de IVA y renta.
Las monedas digitales emitidas por los bancos centrales están ancladas al valor de una moneda de curso legal y constituyen por ahora un intento de respuesta institucional a la emisión privada de criptomonedas que hacen los mineros en relaciones virtuales (peer-to-peer) al margen de los bancos centrales que detentan legalmente el monopolio de la emisión o ‘señoreaje monetario’.
Dichos procesos se realizan con la tecnología de bloques distribuidos (conocida como blockchain), cuyos procesos son visibles a todos los participantes pero una vez sellado el respectivo bloque es imposible modificarlo.
Tal sistema fue diseñado por Satoshi Nakamoto, de quien no se sabe si es un individuo o un grupo, o parece ser un seudónimo.
Aunque su diseñador no ha aparecido en público, esa metodología ya es utilizada en múltiples procesos como catastro de tierras, elecciones, generación de diplomas universitarios y minería de criptomonedas.
Y quizá lo más importante comienza a ser utilizada en contratación pública con grandes ventajas pues todos los pasos del proceso desde las convocatorias de licitaciones hasta la presentación de propuestas y la asignación de ganadores son visibles a todos los interesados, lo cual sin duda mejora la transparencia.
Existen proyectos de la Reserva Federal de Estados Unidos y del Banco Central Europeo para emitir monedas digitales. China ha avanzado en la generación de un yuan digital con aplicación en algunas actividades (como los juegos olímpicos de invierno de 2022) y en pagos de salarios y subsidios estatales. Para darle soporte a esa iniciativa China ha desarrollado una red de servicios blockchain.
Ha habido intentos en Suecia mediante la adopción de la corona, su moneda oficial, en versión digital; e incluso Venezuela, en medio de la severa crisis que afronta, ha establecido el pago a los funcionarios públicos en medio digital (el bolívar físico no existe) y esos funcionarios realizan el pago de sus consumos con ese medio digital.
Hay otras experiencias, no muy desarrollados por ahora, en Nigeria y Bahamas.
Como ha advertido Leonardo Camacho, adoptar la modalidad de moneda digital implicaría tener una blockchain con código controlado solamente por el Banco de la República y en la cual se registren las transacciones realizadas por todos los agentes económicos.
Con esa tecnología serán posibles ‘contratos inteligentes’ que determinen la cantidad de dinero en circulación, hará visibles las transacciones y el pago de impuestos, permitiendo evitar la evasión fiscal.
Beethoven Herrera Valencia
Profesor Emérito Universidad Nacional y universidades Javeriana y Magdalena.