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JUEVES, 30 DE NOVIEMBRE DE 2023

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Carlos

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Lejos de las cadenas de valor

Los costos laborales son clave para decidir la localización de cadenas de suministro, y la reforma laboral nos alejará más de esas cadenas.

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La globalización, o mundialización como prefieren decir los franceses, tuvo un auge entre 1990 y 2008, período llamado hiperglobalización. A ello contribuyeron las computadoras, Internet, la disminución de las distancias, el auge de cadenas de suministro globales, la adhesión de China a la OMC y la liberalización del comercio.

La relación PIB/flujo de comercio global subió del 38% en 1971 hasta el 61% en 2008. Con la crisis financiera de 2008 y la peste de 2020 dicha relación bajó al 50%.

Los comentaristas dicen que estamos en la época de la desgloblización, aunque el comercio crece pero lento. A pesar de la guerra comercial USA-China, el comercio entre ellos también crece.

El fenómeno de las cadenas de suministro es una revolución industrial. Hoy las etiquetas no debieran decir ‘Hecho en Fictilandia’ sino ‘Hecho en el Mundo’. Las operaciones de diseño del producto, fabricación de sus componentes, ensamblaje y mercadeo son divididas y realizadas en muchas partes del mundo buscando minimizar costos.

El iPhone, por ejemplo, se ensambla en China con partes y piezas producidas en 15 países.

Se calcula que dos tercios del comercio mundial se hace en el marco de las cadenas de suministro, y que la participación de los países asiáticos en dichas cadenas es del orden del 67%.

Los grandes actores de este fenómeno han sido los países de ingresos medios bajos cuya participación en las exportaciones mundiales pasó del 13% en 2001 al 25% en 2021. Las tasa de crecimiento de los flujos de comercio en países como Viet Nam, Cambodia, Bangladesh, Paquistán, Malasia son de dos dígitos.

Los gringos se inventaron los chips en los años 60 y cuando desarrollaron esta industria se dieron cuenta de que los salarios en el sureste asiático eran inferiores en la décima parte y decidieron trasladar hacia esa región el proceso de ensamble.

Hoy Estados Unidos sólo produce el 12% de los semiconductores, el mayor fabricante es TCMS de Taiwán, y dos empresas coreanas producen el 44% de los chips de memoria.

Viet Nam, un país que salió devastado de la guerra con Estados Unidos, gracias a las cadenas de valor se transformó.

De ser una economía agrícola pasó a ser una potencia industrial: cose prendas de vestir para el mundo entero y los teléfonos móviles Samsung son vietnamitas. La participación de la industria en el PIB es del orden del 20%, y la relación comercio/PIB es 180% (en Colombia es 50%). Su éxito obedece a una oferta de trabajo relativamente calificada con costos laborales muy competitivos. Colombia está lejos de las cadenas de valor.

La industria, aunque crece, pierde participación en el PIB. Los costos laborales no son competitivos internacionalmente. Eso en gran parte explica por qué Nicaragua y Guatemala exportan cada uno US$1.800 millones al año en confecciones mientras que Colombia sólo exporta US$330 millones.

Los costos laborales son una variable clave para decidir la localización de un nodo en las cadenas de suministro, y la reforma laboral que está en el Congreso nos alejará más de dichas cadenas.

Diego Prieto Uribe
Experto en comercio exterior.

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