México renegoció el Tratado Norteamericano de Libre Comercio que tiene con Estados Unidos y con Canadá (Nafta por su sigla en inglés) y lo hizo presionado por el gobierno de Donald Trump. Ello ocurrió en un ambiente tenso, con una agenda amplia y compleja que incluía temas álgidos como la migración y se denominó T-MEC al acuerdo resultante de esa renegociación.
La renegociación cambió las condiciones para la industria mexicana que exporta a Estados Unidos. Uno de los más importantes cambios afectó a la industria automotriz, pues Estados Unidos propuso endurecer las reglas de origen, incrementando el Valor de Contenido Regional desde el 62,5%, establecido en el NAFTA, hasta el 85% y propuso incluir 85% de contenido estadounidense en los vehículos. En la práctica México sería una maquiladora de vehículos cuya mayor parte de componentes vendría de EE. UU.
Se acordó que en julio de 2023 los vehículos de pasajeros y camiones ligeros incluirían 75% de contenido regional y las empresas tuvieron que cambiar sus cadenas de suministro para cumplir con ese porcentaje. Además, se impusieron aranceles de 25% al acero y de 10% al aluminio mexicanos, los cuales fueron eliminados posteriormente.
El nuevo Acuerdo estableció que al menos el 40% del contenido de los vehículos de pasajeros y el 45% de los camiones deben producirse en instalaciones donde los trabajadores ganen al menos 16 dólares por hora. Este es un caso novedoso de inclusión del nivel salarial en un acuerdo comercial internacional, que busca equilibrar la diferencia frente a los mayores salarios en EE. UU.
En materia laboral se estableció el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida que busca garantizar el cumplimiento de las obligaciones en materia de libertad sindical y negociación colectiva en instalaciones de cualquiera de las partes. Pero en el caso de México es suficiente que se presuma una violación de derechos laborales para que el mecanismo pueda ser activado en su contra, lo que no ocurre en el caso de los EE. UU. y Canadá, donde es necesario que la empresa acusada haya recibido una orden legal de sus respectivas Juntas Nacionales de Relaciones Laborales, por lo que resulta evidente que hay un trato desigual.
Cuando no se logre la reparación, se podrán crear comités de expertos independientes y estos árbitros podrán realizar inspecciones en el lugar de los hechos, con presencia de observadores internacionales.
En caso de confirmarse las violaciones, podrán suspenderse los beneficios arancelarios preferenciales e imponer multas a productos o servicios y en caso de reincidencia, interrumpir las exportaciones de las empresas involucradas. ¡Es lo que se conoce en el lenguaje del comercio internacional como cláusula laboral en un tratado comercial!
Como ha advertido Juan Camilo Alarcón, ahora en un período preelectoral y con baja aprobación del gobierno Biden, las tendencias proteccionistas están en auge en el Congreso de los Estados Unidos.
BEETHOVEN HERRERA VALENCIA
Profesor Emérito de la Universidad Nacional y de las Universidades Javeriana y del Magdalena.