Alguien muy cercano a mí me cuestionó el hecho de encontrar que mi columna pasada La Psicología del Totalitarismo, era un buen diagnóstico, pero no mostraba ningún camino de solución. Reflexionando, concluí que tendría que permitirme soñar y pensar con el deseo, para poder responder cómo se lograría evitar caer en un modelo político totalitario en Colombia.
‘Telos’ es el término que utiliza Aristóteles para denominar lo que los psicólogos contemporáneos llaman ‘Propósito’ -la intención de lograr una meta a largo plazo que sea significativa y tenga un impacto positivo en la humanidad. Hay valores que la gran mayoría de los colombianos compartimos, aun cuando diferimos en la visión de cómo lograrlo.
Es indispensable y urgente concentrarnos en encontrar las comunalidades, enfocarnos, y arduamente trabajar hacia ellas. Encuentro ejemplos a nivel local que me permiten pensar que es posible ir sumando esfuerzos locales y regionales que se traduzcan en un ‘propósito Nacional’.
En Barranquilla y Cali son notorios los logros que se han realizado, como consecuencia de un relevo generacional en las Cámaras de Comercio, logrando catalizar la voluntad de servicio de grupos de nuevos líderes.
Esto, sumado a que históricamente el regionalismo antioqueño destacaba en lo cívico y que las pérdidas que se han dado recientemente en lo político y lo económico, deberían ser fácilmente recuperables, hace que la sumatoria de estos procesos de cambio, bien pueden resultar en que la largamente esperada llegada de un nuevo liderazgo generacional, tanto en lo político, como en lo económico, sea el antídoto a las dolencias que aquejan a la sociedad actual.
Una comunidad puede crecer y tomar riesgos cuando su gente sabe que en caso de que ocurran tropiezos, habrá manos que los recojan y los ayuden a levantarse. Ese sentimiento de comunidad es el que puede germinar en que esta nueva generación genere un sentimiento de altruismo que le permita salir de sí misma y buscar el bien común.
Como resultado, les daría a las organizaciones fuerza vital a través del voluntariado, rompiendo la dinámica de silencio, indiferencia e inacción, que (lamentablemente tengo que aceptar), mi generación asumió. Como resultado: una sociedad polarizada y enfrentada entre sí.
Es posible ir tejiendo una sociedad que aumente rápidamente relaciones interpersonales, trascendentes, positivas y de impacto, con tiempo suficiente para en tres años, elegir un gobierno que nos una.
Ver finalmente encaminada Colombia al lugar que se merece en el concierto de las Naciones, como una sociedad próspera. Que el respeto a la diversidad traiga posibilidades de movilidad social y que se eduque para enfrentar el futuro con las herramientas adecuadas.
Se trata de llevar al colectivo lo que a nivel individual recomienda Víctor Frankl, psicólogo y neurólogo austriaco, sobreviviente de Auschwitz, quien fue el creador de Logoterapia, la escuela psicológica, que basada en la idea que para vivir lo que llamó Sócrates una ‘vida bien vivida’ cada individuo requiere encontrar un significado y un propósito en su vida.
Un sueño que ojalá se convierta en realidad.
SALOMÓN KASSIN
Banquero de inversión