En el festival de música y medios interactivos SXSW, que anualmente se realiza en Austin, Levi’s y Google confirmaron que este otoño sacarán al mercado la innovadora chaqueta inteligente Jacquard.
Diseñada para ciclistas urbanos, esta prenda es única, ya que permitirá controlar el smartphone tocando la manga izquierda, como si fuera un touch screen. Dependiendo del gesto, usted podrá contestar una llamada, pedir direcciones o cambiar de música sin tener que sacar su teléfono del bolsillo o mirar el reloj.
El año pasado, la empresa de ropa deportiva Under Armour sacó al mercado los Speedform Gemini 2, unos tenis para atletas que traen un sensor incorporado que monitorea la distancia, velocidad y cadencia, y transmite esos datos al app MapMyRun. Y en su nueva versión, esas zapatillas permiten medir la fatiga muscular para ayudar a los corredores a decidir la distancia que pueden cubrir en un entrenamiento.
Estos productos son el futuro hecho realidad. Representan el inicio de una nueva era tecnológica de la que todos nos vamos a beneficiar. Es la llegada en escena de la ropa inteligente, de la incorporación de sensores en la ropa deportiva y del diario vivir.
Podrían fácilmente sustituir a los llamados wearables –pulseras como Fitbit o relojes como el Apple Watch–, ya que estos últimos tenemos que amarrarlos a nuestros cuerpos, una experiencia no tan natural y rutinaria como vestirse.
Los sensores textiles pueden hacer maravillas, como medir y transmitir datos sobre distancia y velocidad, frecuencia cardíaca, producción de energía y niveles de estrés.
Por el momento, estas prendas son caras, pero, en la medida en que se popularicen y bajen los costos de producción, en los próximos años nos ayudarán a llevar vidas mucho más saludables, a prevenir enfermedades y a entender mucho mejor nuestros cuerpos.
Sería un privilegio poder gozar de estas tecnologías.
Con frecuencia salgo a hacer largos recorridos en bicicleta de ruta los fines de semana, y la noche previa siempre tengo la misma duda: ¿estoy debidamente hidratado y alimentado? Normalmente, me hidrato un poco más de la cuenta, por si acaso, pero si pudiera ponerme una camiseta que transmita al iPhone mis niveles de hidratación y me indique cómo anda mi cuerpo, sería mucho mejor.
En la Universidad de Passau de Alemania ya están trabajando prototipos avanzados de una camisa inteligente que lleva sensores capaces de saber lo que uno come y bebe, lo que podría ser útil para pacientes con diabetes y personas con sobrepeso.
Owlet, una empresa estadounidense, ya vende unas medidas especiales para los bebés, que permiten medir el ritmo cardíaco de los pequeñitos y poder saber monitorear si están respirando y durmiendo bien.
Ya hay varias empresas de Estados Unidos, Europa y Asia que se dedican a producir ropa inteligente como camisetas, pantalonetas, brasiers, chaquetas y zapatos, entre ellas, Athos, Intelligent Clothing, Schoeller Textiles e Interactive Wear. Y Según Global Markets Insights, esta será una industria de 4.500 millones de dólares para el 2023.
La revolución de la ropa inteligente recién comienza, pero su futuro es altamente promisorio. Es una apuesta que tiene todo el sentido del mundo. Si los productos son útiles y accesibles, habrá millones de consumidores, una oportunidad de oro que las empresas de textiles e innovadores colombianos deberían aprovechar.
Andrés Cavelier
Consultor en comunicaciones
@acavelier
La ropa inteligente
La revolución de la ropa inteligente recién comienza, pero su futuro es altamente promisorio.
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