Al cumplir cien años Kissinger ha publicado su libro Liderazgo en el cual retoma las tesis sobre Ucrania que sostuvo en 2014 antes de la invasión de Rusia, causada por las mismas razones que él había advertido.
Alguien que ganó el Nobel de Paz en 1973 en asocio con Le Duc Tho, como reconocimiento por la negociación que puso fin a la guerra de Vietnam, diseñó el acercamiento de Nixon con Mao y logró el ingreso de China al sistema internacional tiene méritos para ser tomado en cuenta. Pero en su haber también está haber diseñado la estrategia para derrocar el gobierno constitucional de Allende en Chile.
Hace una década Kissinger advirtió que la cuestión de Ucrania se planteara como la disyuntiva acerca de si dicho país debiera unirse al Este o al Oeste. En contra de las visiones interesadas de Moscú y de Washington sentencio: “…para que Ucrania sobreviva y prospere, no debe ser un puesto aliado avanzado de ninguno de los lados contra el otro, debe funcionar como un puente entre ellos”.
Además, pidió a Occidente entender que “para Rusia, Ucrania nunca será simplemente un país extranjero. La historia rusa comenzó en lo que se llamó Kievan-Rus. La religión rusa se extendió desde allí. Ucrania ha sido parte de Rusia durante siglos y sus historias estaban entrelazadas antes de esa fecha”.
Pero frente a la narrativa de Putin acerca de la historia de la Gran Rusia Imperial con Ucrania como parte integrante y utilizada para invadirla, Kissigner advirtió que “Rusia debe aceptar que tratar de forzar a Ucrania a convertirse en un satélite y, por lo tanto, mover las fronteras de Rusia nuevamente, condenaría a Moscú a repetir su historia de ciclos autocumplidos de presiones recíprocas con Europa y Estados Unidos”.
Dado que Ucrania es un país con historia compleja y diversidad étnica, “cualquier intento de un ala para dominar a la otra, como ha sido el patrón y la tendencia histórica; conduciría eventualmente a una guerra civil”.
Y a su juicio la esencia del conflicto entre Viktor Yanukovich y su principal rival política, Yulia Tymoshenko, representantes las dos alas de Ucrania es que no han estado dispuestos a compartir el poder.
Además, reclamó que “Occidente debería haber tomado en serio, las preocupaciones de seguridad del Kremlin” y calificó de error que la Otán le indicara a Ucrania que “eventualmente podría unirse a la alianza”.
Y concluía que “Ucrania debería tener derecho a elegir libremente sus asociaciones económicas y políticas, incluso con Europa. Ucrania no debería unirse a la Otán, debe tener libertad de crear cualquier gobierno compatible con la voluntad expresa de su pueblo”.
Y recomendó como política de EE. UU. hacia Ucrania buscar una manera en que las dos partes cooperen entre sí. Pero a esta altura de la historia eso es algo casi impensable.
Sus llamados encontraron oídos sordos y la debacle llegó.
BEETHOVEN HERRERA VALENCIA
Profesor Emérito Universidad Nacional y universidades Javeriana y Magdalena