La Ocde acaba de proponer a los 134 países y jurisdicciones que están implementando un conjunto de acciones para reducir la evasión tributaria un nuevo impuesto a las grandes empresas digitales, aplicable en los países donde ofrecen sus servicios, aunque no tengan presencia física.
La economía digital generó $11,5 billones en 2018, (equivalente al 15,5 por ciento del PIB mundial) y ha crecido dos veces y media más rápido que el PIB mundial en los últimos 15 años; pero según la Ocde, la evasión de empresas multinacionales es de $240 mil millones al año. La Comisión Europea estima en 23% el impuesto que pagan las empresas sobre sus ganancias dentro de la UE, mientras que las empresas de Internet suelen pagar el 8% o el 9% (Ocde).
Francia es el primer país en aplicar un impuesto (3%) sobre las ventas realizadas por empresas digitales con ingresos de más de € 750 millones, de los cuales al menos € 25 mil millones se generan en Francia (BBC, 11 de julio de 2019). El impuesto se aplicará a 30 compañías digitales, en su mayoría estadounidenses, que ofrecen sus servicios en Francia y generan ganancias, sin presencia física.
El gobierno francés sostiene que el impuesto terminará si se acuerda una medida similar a nivel internacional, aunque un impuesto de la UE requeriría consenso entre los miembros, pero Irlanda, la República Checa, Suecia y Finlandia presentaron objeciones.
El gravamen se aplicará retroactivamente desde principios de 2019, y se espera que recaude unos 500 millones de euros este año. Alrededor de 30 compañías lo pagarán, en su mayoría empresas estadounidenses como Alphabet, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft. Las empresas chinas, alemanas, españolas y británicas también se verán afectadas, así como la firma francesa de publicidad en línea Criteo.
El Secretario General de la Ocde, Angel Gurría sostuvo que “Estamos haciendo progresos reales para abordar los desafíos fiscales derivados de la digitalización de la economía y continuar avanzando hacia una solución basada en el consenso para revisar el sistema tributario internacional para 2020”. Este plan reúne elementos comunes de propuestas competitivas existentes, que involucran a más de 130 países, con aportes de gobiernos, empresas, sociedad civil, academia y público en general; y nos acerca a nuestro objetivo final: garantizar que todas las EMN paguen un aporte justo”.
La administración Trump denunció la medida y decidió emprender investigaciones sobre la legalidad y legitimidad del impuesto y amenazó con imponer aranceles a productos como el vino. Pero Francia defiende la medida como un acto de soberanía y justicia pues las empresas digitales no tributan en proporción a sus ganancias, como lo hace el común de los ciudadanos.
Para cuantificar las ganancias de las empresas tecnológicas se podrán aplicar nuevas herramientas, como 'blockchain', para evitar que las empresas puedan distorsionar sus datos y fuentes de ganancias trasladándolas a países con menores tasas impositivas.
Se puede decir que la consolidación de un sistema fiscal internacional que propenda por la redistribución de derechos fiscales se considera una medida legítima y necesaria. Sin duda esta propuesta de la Ocde lleva a repensar el objetivo, las herramientas y el ámbito de aplicación de los impuestos en el inicio de la cuarta revolución industrial.
La nueva propuesta de la Ocde reúne elementos comunes de tres propuestas competitivas de los países miembros, y se basa en el trabajo del marco inclusivo Ocde/G20 sobre BEPS, que agrupa 134 países y jurisdicciones en condiciones de igualdad, para la negociación multilateral sobre normas fiscales, haciendo a este conjunto de países más eficientes en su inserción en la economía mundial del siglo XXI.
Si no se llega a un acuerdo para 2020, “aumentaría en gran medida el riesgo de que los países actúen unilateralmente, con consecuencias negativas en una economía global ya frágil. No debemos permitir que eso suceda”, dijo Gurría.
Si los negociadores internacionales logran un acuerdo, el plan allanará el camino para nuevos impuestos, no solo para las empresas de tecnología, sino también para los fabricantes de automóviles y cualquier otra gran empresa multinacional que opere en línea. La propuesta sugiere que las empresas deben pagar impuestos, en gran medida en función de dónde se producen sus ventas, y delimita cuáles ganancias estarán sujetas a impuestos.
Amazon respondió agradeciendo la publicación de la propuesta de Ocde, y consideró que “llegar a un acuerdo internacional sobre los cambios en los principios fiscales internacionales es fundamental para limitar el riesgo de doble imposición y medidas unilaterales distorsionantes y para proporcionar un entorno que fomente el crecimiento del comercio mundial”.
Un portavoz del Departamento del Tesoro dijo que Estados Unidos está estudiando la propuesta y participa activamente en forjar un consenso sobre cuestiones fiscales internacionales y reiteró la oposición a los impuestos unilaterales sobre los servicios digitales.
Al defender el impuesto aprobado por la Asamblea Nacional, el ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, dijo que Francia es “soberana y decidió sus propias reglas fiscales”, y concluyó: “Quiero decirle a nuestros amigos estadounidenses que esto debería ser un incentivo para acelerar más nuestro trabajo para encontrar un acuerdo sobre la fiscalidad internacional de los servicios digitales”.
Mientras la tributación recae crecientemente sobre los ciudadanos, mantener las exenciones fiscales a las compañías digitales, que obtienen cuantiosas utilidades, se ha tornado intolerable.
Beethoven Herrera Valencia
*Colaboración Laura Sofia Becerra.