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Beethoven Herrera Valencia
Columnista

Universidad pública, al borde del colapso

Mientras el Gobierno transfirió a las universidades 3,6 billones de pesos, Ser Pilo Paga comprometió 3,5 billones para ayudar a solo 40.000 alumnos.

Beethoven Herrera Valencia
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Beethoven Herrera Valencia

“Yo tengo un amor grande por la universidad pública, porque mi padre es hijo de la Universidad de Antioquia, y mi abuelo de la Universidad Nacional de Colombia”. Esta afirmación del presidente Iván Duque en el congreso de la Confederación General del Trabajo, expresa una valoración positiva sobre la educación superior estatal y explica las modificaciones que van a producirse.

Las universidades públicas tienen presencia en todo el territorio nacional y se ubican desde la Amazonia hasta San Andrés y Providencia, desde Tumaco hasta la Orinoquia, y desde el centro del país hasta la sede de La Paz, en el Cesar. El 85 por ciento de la población estudiantil de las universidades públicas pertenece a los estratos 1, 2 y 3, con evidente impacto en la movilidad social.

La Universidad Nacional tiene 913 grupos de investigación, cincuenta revistas indexadas en Colciencias, y de sus 65 programas de posdoctorado egresan el 45 por ciento de los graduados en el país. Sin embargo, como ha señalado la rectora Dolly Montoya, “los aportes del nivel nacional a las universidades públicas pasaron de representar el 73 por ciento de los recursos financieros de las instituciones en 1993 a representar solamente el 48 por ciento en el 2016”.

A la fecha, las 32 universidades públicas tienen un faltante de 3,2 billones de pesos para funcionamiento y 15 billones para infraestructura, y mientras en el 2010 su cobertura era de 927.295 alumnos, en el 2016 ascendió a 1’194.697. La causa de ese rezago radica en lo establecido en el Artículo 86 de la Ley 30 de 1992, la cual establece que el incremento se hará solo por el alza de la inflación. Hay un consenso en el sentido de que para poder atender los requerimientos de su trabajo, las transferencias deben aumentar con la inflación, más el 4 por ciento.

La reforma tributaria del 2016 estableció que uno de los puntos del incremento de 16 al 19 por ciento del IVA tendría destinación social, y el 0,4 por ciento de ese punto iría a las universidades públicas.

Así, esperaban recibir 465.000 millones, pero solo les entregaron 162.000 millones. Al parecer la diferencia se canalizó a becas en Icetex y al programa Ser Pilo Paga: mientras el Gobierno transfirió a las universidades públicas 3,6 billones de pesos, que beneficiaron a más de 600.000 estudiantes, el programa Ser Pilo Paga comprometió 3,5 billones entre el 2015 el 2018 para ayudar a solo 40.000 alumnos.

El presidente Duque ofreció la gratuidad en educación superior a los alumnos de estratos 1 y 2, pero en las actuales condiciones no se tienen los recursos para cumplir esa promesa. Y las universidades públicas podrían contribuir a lograr esta meta social, pero no podrán hacerlo en su actual crisis presupuestaria.

Se entiende, entonces, que el presidente Duque haya cerrado la mencionada intervención afirmando que: “hay que fortalecer la universidad pública”.

Beethoven Herrera Valencia
Profesor, universidades Nacional y Externado / beethovenhv@yahoo.com

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