Tras una maratónica negociación de 24 horas, que terminó en vísperas de vencerse el ultimátum de la Unión Europea a las autoridades chipriotas, la troika integrada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional impusieron un draconiano ajuste.
Chipre, economía de pequeño tamaño, se ha convertido en paraíso fiscal para británicos y rusos, pero ante la mala situación de sus bancos recibió el ultimátum de reunir 5.800 millones de euros.
Para lograrlo, se propuso retener el 6,75 por ciento de los depósitos menores a 100.000 euros y el 9,9 por ciento de los que superaran ese monto, e incluso se pensó en elevar la retención hasta 15,6 por ciento.
Ello generó la agria protesta de las autoridades rusas, país de origen de los mayores depositantes, a quienes podría costarles 2.000 millones de euros la aplicación de la medida; a ese respecto, Vladimir Putin expresó que “esta decisión era injusta, no profesional y peligrosa”. Y el ministro de finanzas ruso, Anton Siluanov, criticó el hecho de que Europa no hubiera discutido antes la medida con ellos, que han dado un préstamo de 2.500 millones a Chipre, y expresó que “la decisión en torno a los impuestos a los depósitos no es justa porque los problemas de la supervisión bancaria y la regulación se trasladan a los inversionistas”.
La medida, acompañada de un cierre bancario de dos días, copia el ‘corralito’ que impuso el ministro Cavallo en el 2001 en Argentina, que fue la antesala de la moratoria de la deuda y extendió por una década la retención de los ahorros argentinos; esto generó pánico de ahorradores chipriotas que intentaron retirar presurosos sus fondos y creó, además, incertidumbre en torno a la posibilidad de que medidas similares se apliquen en el futuro a otros países. La Unión Europea presionó a Chipre para adoptar medidas satisfactorias a sus acreedores, a cambio del rescate de 10.000 millones de euros, y no aceptó la propuesta chipriota de nacionalizar los fondos de pensiones, medida aplicada en Argentina por el Gobierno Kirchner.
El acuerdo incluye dividir el Laiki Bank, segundo del país, en un banco bueno y otro malo que se liquidará en el futuro. Desde este banco Laiki se pasarán 9.000 millones de euros al Banco de Chipre, primero del país, el cual también sufrirá pérdidas.
El Gobierno fue forzado a adoptar una Ley de Resolución Bancaria que permitiera adoptar las medidas mencionadas.
Este es el quinto rescate europeo, y la primera vez que se reconoce una quita de la deuda, que se propone incautación de ahorros; y lo más significativo, se adopta el control de capitales.
Las autoridades europeas confían haber calmado el riesgo de contagio al resto de la Eurozona, pero se han sentado precedentes que sin duda se replicarán en otros casos.
Beethoven Herrera Valencia
Profesor de las Universidades Nacional y Externado
beethovenhv@yahoo.com