Cuando el mundo se quedó quieto, todo comenzó a acelerar. Hemos visto más cambios en política pública, domicilios, trabajo, educación y alimentación en 4 meses, que lo que habíamos observado en mas de 10 años, y mucho más de lo que esperábamos para los próximos cinco que venían.
Esta velocidad de cambio es la demostración de la enorme capacidad de adaptación que tenemos. Si bien las economías en el mundo entero están en recesión, el mundo está en aceleración; y esta, se verá aún más fuerte en 2021, cuando comencemos a reactivar los sectores que aún están quietos.
Un gran ejemplo de esto es las máscaras, que son una nueva prenda. Hace muchas décadas no había una nueva prenda en todos los armarios del mundo, pese a que la industria de la moda ha tenido una enorme capacidad de innovación, pero en un mes, cambiaron más que en 50 años, demostrando que el gran error que cometemos muchas veces es olvidarnos que toda tradición algún día fue una innovación, y nos dedicamos más a defender lo que hicimos, que a hacer los cambios que podemos hacer.
En políticas públicas, manejo fiscal, monetario, endeudamiento público, la batería de herramientas no ortodoxas que se han usado han sido impresionantes, mostrando la enorme capacidad del libre mercado de ajustarse a entornos inesperados, logrando soluciones novedosas, desde la flexibilidad de lo conocido.
El gran reto continúa. No sabemos a qué nos enfrentamos. Nadie es experto en el virus ni muchos en este fenómeno, que tiene menos de un año, sin embargo, en todos los sectores el dinamismo es impresionante.
Es cierto que algunos sectores van mal, que muchas empresas peor y que millones de personas en el mundo están pasando un infierno, y es por ellos que millones de personas, empresas e instituciones están acelerando para adaptarse a esta “era de hielo” que estamos viviendo, reduciendo el impacto de la situación.
Ya sabemos que esto no acaba en 2020, y que 2021 será más retador que lo que estamos viviendo, y dependemos de nuestra capacidad de adaptación y anticipación de lo que puede pasar. Es por esto que debemos tomar decisiones hoy para lo que viene.
El consumidor se ha adaptado ágilmente, recurriendo más a lo que había aprendido en el pasado que a nuevas herramientas: los domicilios no son nada nuevo, ni lavar la loza, trabajar o estudiar desde casa. Estas cosas ya las conocíamos y por eso pudimos hacerlas nuevamente, más fácil de lo que muchos pensaban.
Sin duda, el anhelo de la libertad, de salir de cada, de ver a nuestros seres queridos es un motor impresionante para manejar la situación, más debemos aumentar el nivel de conciencia de las personas, que lo que esta pasando es serio y que tenemos que modificar nuestro comportamiento tan rápido como pudimos adaptarnos a otras cosas.
Ya aceleramos la innovación, la adaptación, el consumo, las compras no presenciales; comenzó a tomar velocidad la economía y ahora debemos acelerar el cambio cultural, el comportamiento y entender que la distancia nos acerca como nunca. El pasado quedó atrás y nos queda el futuro.
Camilo Herrera Mora
Presidente, junta directiva de Raddar
camiloherrera@raddar.net