“El problema de Colombia es la corrupción” oímos en todos los debates, más al escuchar de cerca nos damos cuenta de que dicen que todo es corrupción, hasta la inflación.
Las definiciones de diccionario ya no sirven, porque la velocidad de adaptación que tiene el lenguaje hoy en día hace que la RAE parezca la columna más rígida de la ortodoxia mundial. Si bien la corrupción aplica a todos, en el debate se refiere a los políticos, funcionarios públicos y el Estado, que curiosamente en 2022 llegó al gasto público más alto de la historia, siendo cercano a los $3,6 millones de pesos por persona en todo el año.
Lo único que es claro en este momento, es que corrupción es cualquier cosa que este ‘podrida’ y por lo tanto puede ser todo y nada a la vez, incluyendo desde la mala administración de recursos, el robo de éstos, pasando por la ejecución de programas exitosos que no les gustan a algunas personas.
Así, el último informe del Latinobarómetro, dice que “La corrupción en América Latina es un producto cultural que comienza con la certeza del 75% de los ciudadanos de que no existe igualdad ante la ley”, basado en que el 57% de los latinoamericanos estudiados opinan que el nivel de corrupción ha aumentado (en Colombia el 62%), pero sólo un 16% han sabido de actos de corrupción (15% en Colombia) y que el 29% (en Colombia el 27%) dicen que se ha progresado en la lucha contra la corrupción.
Lo que nos deja en un escenario de percepción muy complejo, porque muchos creen que la corrupción crece, pero pocos la han visto; quizá porque ‘las brujas no existen, pero de que las hay, las hay’.
Así, estamos ante una nueva Inquisición, donde todo lo que sea o nos parezca malo, lo llamamos ‘corrupción’ y debemos quemar a los ‘corruptos’ por sus actos, cuando menos en las hogueras de la opinión pública.
La corrupción como tema de campaña, termina mostrando a los candidatos como salvadores de los recursos públicos y como férreos críticos de las malas prácticas vigentes, pero al final los deja en un terreno ambiguo porque el concepto se usa para todo, y esto deja ver que no saben bien que pasa y que no tienen propuestas claras para gobernar. Así, la corrupción es el nuevo ‘coco’ al que todos quieren matar y nadie sabe realmente qué es y la gente va a elegir a quien prometa matar el monstruo que nos salvará de todos nuestros problemas. ¡Que peligrosa y antigua mentira!
Nota: las diferencias en los resultados de las encuestas de intención de voto, inevitablemente va a causar que la gente deje de creer en ellas, se afecte el buen nombre de las encuestadoras y se piense que alguien les está metiendo mano. Que triste!
CAMILO HERRERA MORA
Fundador de Raddar