Una de las cosas difíciles de lo que estamos viviendo es el profundo cambio en nuestras tradiciones personales, familiares, culturales, religiosas y sociales. Los días de la madre y del padre se modificaron por los aislamientos; muchos cumpleaños y grados han tenido que ser con felicitaciones virtuales, pocos regalos y brindis.
Con estos antecedentes, nos acercamos a diciembre, que es un mes de enorme importancia para todos, incluso para ciertos sectores empresariales, donde hacen hasta el 60% de sus ventas anuales, y por esto, debemos anticiparnos.
La Navidad es una celebración que al parecer comenzó con Saturnalia en la antigua Grecia, pero puede ser anterior, por la celebración del Solsticio de Invierno, en muchas culturas. En un viaje acelerado en el tiempo, podemos pasar a la natividad católica, que tomó esta fecha para celebrar el nacimiento de Jesús, y colocó la celebración en el centro de la cultura de occidente; teniendo después por lo menos dos poderosas repotenciaciones: la creada por Charles Dickens en “Canción de Navidad” en 1843, cuando le mostró al avaro Ebenezer Srooge, lo bello de la fecha, revisando el pasado, el presente y un oscuro futuro, redefiniendo la visión de la Navidad más allá de la natividad, y poniendo a familia en el centro de la celebración, casi con el mismo poder de la Divina Comedia de Dante. Luego, en 1931, Coca-Cola redefine la estética de la Navidad, posicionando los colores que hoy conocemos, y a ese Papá Noel sonriente y generoso.
Ahora llega 2020 y podemos imaginar que la Navidad será distinta. Con una pequeña cena en cada casa, una cámara y un micrófono de buena calidad, un computador y televisor conectado a todo esto, donde podemos ver en mejor tamaño y definición a nuestra familia y seres queridos, conectados virtualmente, pese a vivir a menos de unos pocos kilómetros.
Esta versión de la “Navidad futura” es la oportunidad que tenemos de hacer algo nuevo, diferente, más cercano a nosotros mismos, a nuestra nostalgia y nuestra esperanza. Miles de empresas ya lo comprendieron y están comenzando a pensar cómo puede ser la nueva Navidad, la cena, la conexión (tan caótica como las líneas de teléfono a media noche en estas fechas).
Es bueno que mantengamos algunas tradiciones y sus significados, como la comida de mamá, que nos une entre risas y recuerdos. Quizá, con una clase de cocina de ella a todos, en muchas estufas, mientras se transmite la receta y se una la familia aún más.
El comercio tendrá un duro reto, que deben aprovechar, para que las personas compren las cosas semana a semana, para que las compañías de delivery puedan recoger en las casas los paquetes y llevarlos todas las ciudades a tiempo, con etiquetas de “No Abrir antes de Navidad”, anticipándose a las aglomeraciones, y logrando convertir a cada bicicleta en un trineo de renos en el mundo entero.
La Navidad será a distancia, pero no distante, como en una tormenta, pero el calor del hogar nos acogerá y unirá a nuestras familias. Por esto, anticipémonos, y hagamos de Navidad una época y no un solo día, para disfrutarla mejor.
Camilo Herrera Mora
Presidente, junta directiva de Raddar.
camiloherrera@raddar.net