Investigadores y analistas económicos han subido sus previsiones sobre el crecimiento del PIB colombiano e inmediatamente las hordas de críticos les señalan que eran más pesimistas. Sin embargo, vale la pena hacer tres reflexiones sobre esto.
Una instintiva, donde debemos comprender que esos datos que publican bancos, fundaciones, centros de investigación, tanques de pensamiento, gobierno, instituciones económicas, gremios, universidades y organismos multilaterales como el FMI, Banco Mundial y Ocde, dependen de la información con la que cuentan en ese momento y una enorme dosis de prudencia, donde dar un dato muy positivo, podría hacer que las expectativas crecieran mucho y al igual que los carros acelerados, la frenada después sería muy compleja.
Una emocional, donde debemos contener nuestra emotividad y lo que quisiéramos que pasará, porque la tentación de ver un futuro maravilloso es muy grande, más aún cuando involucra nuestro propio destino.
Una racional, donde los modelos de cada institución son usados para tomar decisiones y acá, la prudencia y el deseo se equilibran con los datos, algunos casos con un solo modelo y en otros con varios buscando la convergencia de estos y revisando aquellos que dicen cosas diferentes, dando la alerta a tiempo.
Así, en la cabeza de los que hacen proyecciones están las sensaciones de prudencia, deseo y razón en continuo conflicto con los datos siempre incompletos que tienen, y por esto es casi imposible acertar al dato correcto, más si a la tendencia. Algunos bancos les piden a sus equipos de investigación proyecciones para sus clientes, llevando esto a otro nivel, ya que se invierte dinero con esas estimaciones; el gobierno hace sus proyecciones y sobre eso define sus metas, que siempre son diferentes, poniendo más presión al sistema.
Así cumplen una enorme labor: la de decirnos que esta pasando antes del dato oficial que publica el Dane, logrando hacer un control previo a los datos permitiendo transparencia en la información económica; es parecido a las encuestas de intención de voto, que van anunciando quien podría ser el presidente; este proceso es tan importante que desde hace años el Banco de la República pública esas expectativas variables para ir teniendo la sensación del mercado sobre los resultados que se deben dar y tomar acciones a tiempo y no a posteriori.
Quizá esto comenzó hace décadas con Fedesarrollo, Anif y Andi, y hoy Bancolombia, BBVA (ahora con datos de gasto de hogares en tarjetas de crédito), Davivienda (con el PMI), Banco de Bogotá, Banco Popular, Corficolombiana, Alianza, Credicorp, Nielsen, Kantar, Invamer, hasta Raddar y muchos otros han permitido que sepamos cómo va la inflación, el empleo, el PIB y dólar antes que el gobierno lo diga, creando un sistema de instituciones económicas fundamental para la toma de decisiones en el país. Esto hay que reconocerlo, así nos equivoquemos en el dato de nuestras estimaciones, mediciones y proyecciones.
Camilo Herrera Mora
Fundador de Raddar