No sorprendió el día sin IVA. Para muchos “fue una estupidez arriesgar la vida, para comprar televisores, que son innecesarios”; para otros es algo incoherente, “porque por años el comercio ha hecho grandes descuentos, sin tener jamás los resultados que se han visto”; la respuesta está en ambas afirmaciones.
Esta fue una propuesta del presidente Iván Duque en campaña, con fuertes críticas sobre su progresividad, como lo ha planteado Juan Camilo Restrepo, al mostrar que este ahorro incluso puede ser mayor que las devoluciones al IVA que se hacen a ingresos bajos; más, al mirar los datos, es posible que no supere el medio billón de pesos, pese a lo que se ha dicho; lo que no se ha dicho, es que no pagar impuesto que se “odia” es un enorme incentivo para muchos.
Es normal ver descuentos del 20% en televisores en las grandes cadenas; por esto debe haber motivos más fuertes, para ver crecimientos superiores al 30% frente al año pasado, que la oportunidad de no pagar un impuesto que detestan; las personas llevan en casa, más de 90 días sin poder salir, y comprar lo que quieren y necesitan.
No podemos olvidar (así les parezca incorrecto) las compras son un ansiolítico común, como lo ha expresado Miguel de Zubiria; históricamente somos cazadores y recolectores, y la evolución de este comportamiento son las compras, en las que transformamos nuestro esfuerzo de trabajo, en traer a casa lo necesario y lo deseado, como darles a nuestros hijos lo que deseamos.
Llevamos días sin salir a comprar, a cazar y a recolectar, quedándonos en nuestras cavernas como en una “era de hielo” moderna.
En esta situación nos damos cuenta, que en la casa no tenemos lo que necesitamos para estar todo el día en ella y por tantos días, donde la sala se convertido en salón de clase y el comedor en oficia; lo que hace que sea complemente racional y lógico que la gente quiera un televisor nuevo, mas grande, con mejor conexión a internet, porque antes solo lo veía dos o tres horas al día, y ahora lo usa mucho más.
Llevo años estudiando al comprador y al consumidor, y este fenómeno era predecible; en una simple búsqueda en Google nos damos cuenta que este efecto “manada” pasó en París en mayo, y que no es una “colombianada”, como muchos la han querido presentar.
Es simple: la gente está encerrada por más de 90 días, y le dicen que puede salir, a comprar lo que necesita, más barato, con promociones adicionales, tasas de interés más bajas y sin pagar un impuesto que odian y, ¿esperaban que las compras no fueran masivas y la gente no luchará por ser el primero en comprar, lo que su familia necesita, antes de que se acabará?
Comprar no es malo, así para muchos lo sea; comprar mal es malo, que es diferente.
Muchas personas han encontrado en sus casas, cosas que no necesitan y que las compraron en un impulso de momento o por la tentación de una promoción, pero también se han dado cuenta, de que no tienen lo que necesitan para vivir desde sus casas.
Camilo Herrera Mora
Presidente, junta directiva de Raddar.
camiloherrera@raddar.net