En columna anterior señalé la importancia del programa ‘Ser Pilo Paga’ (SPP) y la necesidad de brindarle apoyo para que sea exitoso. Destaqué la relevancia de adelantar un programa efectivo de consejería para que los estudiantes seleccionados se adapten a su tránsito por la universidad y culminen sus estudios. Me referí principalmente a la consejería para este grupo de estudiantes. Sin embargo, he conocido algunos casos, afortunadamente aislados, de hostigamiento virtual, que requieren involucrar también a todos los estudiantes, profesores y demás miembros de la comunidad universitaria.
Los estudiantes universitarios, que no hacen parte del SPP, también han tenido logros importantes. Están calificados para contribuir efectivamente a la adaptación de sus compañeros del SPP. Se pueden beneficiar en el proceso, al conocer e interactuar con personas diversas, que con gran tenacidad y trabajo han logrado iniciar estudios universitarios. Su concurso es necesario para contrarrestar y modificar actitudes de algunos pocos compañeros, que torpemente e inhumanamente puedan sentirse incomodos con los estudiantes del programa.
Igualmente, la incorporación constructiva de los núcleos familiares en el proceso puede dar un valor agregado importante. Es necesario que los estudiantes vinculen a sus padres y familiares para que entiendan el alcance y valor del SPP y lo impulsen.
Indudablemente, las universidades que reciben estudiantes del SPP van a tener más diversidad, enriquecedora para su labor. Todas las instituciones, públicas y privadas prestan un servicio público, y en buena hora han acogido estudiantes del SPP. Deben hacer un seguimiento juicioso del proceso y tomar todas las medidas necesarias para lograr el éxito del programa. La participación de profesores y estudiantes motivados será de gran utilidad para hacer bienvenidos a los estudiantes del SPP.
La educación superior de calidad permite a los estudiantes calificarse para hacer aportes a la sociedad y contribuir a la construcción de una Colombia mejor. Los estudiantes del SPP han recorrido una difícil ruta en su proceso educativo para acceder a este programa. Deben estar orgullosos de sus logros y merecen, no el rechazo y mucho menos el hostigamiento de unos pocos compañeros, sino su reconocimiento y colaboración. La convivencia y la reconciliación son fundamentales para la construcción del país de posconflicto que muchos anhelamos. El programa es indudablemente un elemento fundamental en este propósito.
Varias universidades privadas colombianas han llevado a cabo programas de características similares al SPP. Esa experiencia es muy valiosa, pues ha permitido hacer ajustes y tomar medidas correctivas cuando ha sido necesario. Las tasas de deserción logradas son sustancialmente más bajas que las del resto de los estudiantes. Lo más importante es que han logrado construir una actitud positiva de los cuerpos profesoral y estudiantil, de indudable valor para los estudiantes de los programas especiales. Muchos adelantan actualmente estudios de posgrado en Colombia y en el exterior, y ayudarán a construir una Colombia más incluyente, menos inequitativa y más solidaria. Seguramente, los estudiantes del SPP seguirán la misma ruta. Merecen indudablemente el apoyo de todos.
Exrector, Universidad de los Andes
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