El ‘santo grial’ buscado por siglos y según algunas tradiciones cristianas era considerado la fuente de la eterna juventud.
Claro, fue un paso más en la búsqueda de la inmortalidad en la historia de la humanidad.
Una forma de buscar parar el reloj, evocada más cruda y realistamente en el poema de Rubén Dario “…juventud divino tesoro//¡ya te vas para no volver!//…”.
De allí una de las razones por la cual el arte es/deba ser tan importante en nuestras vidas. Una excelsa obra de arte es literalmente eterna.
Desde los libros de la filosofía griega o el Friso del Partenón de Atenas esculpido por Fidias, hasta los versos de Lafontaine o de Moliére, o las obras de Mozart, o de Picasso o las películas de Kubrick; todos han sido y serán eternos.
Pero volviendo al mundo de los mortales, y nuestra búsqueda de permanencia en este mundo, la vida en general y en la vida profesional cabe el refrán “mente sana cuerpo sano”; es entonces una mente ágil y diversa por siempre mantenida muchas décadas por buenas lecturas, adecuados textos escritos y más aun buenas conversaciones.
Conversaciones donde el intercambio permanente de ideas puede generar un apetito mental insaciable.
O incluso ciertos juegos del cartas o entretenciones matemáticas como el Sudoku hacen todos maravillas por la mente a cualquier edad.
Un buen amigo me recordó una frase adscrita a Enrique Iglesias el antiguo Presidente del BID. Su fórmula para mantenerse joven hoy a sus más de 90 años es “tener más proyectos que recuerdos”.
Creo en lo personal que Iglesias ha dado con un concepto claro y muy poderoso. Esa prospección de futuro y lo que ello implica es de una gran solidez.
Mientras que los recuerdos melancólicos de un pasado “que ya no vuelve” es un paso hacia lo efímero y hacia la decadencia mental y por ende física.
Sabemos lo importante de la psiquis en la recuperación de cualquier enfermedad grave. El aferrarse a la vida lo da el tener algo por lo cual luchar.
Aquí viene a la mente Viktor Frankl y la enorme tenacidad de su disciplina en Auschwitz para sobrevivir en esa búsqueda de significado para mantenerse vivo con la esperanza de volver a sus clases y vivir hasta los 92 años después del horror de ver morir asesinada a casi toda su familia.
Y efectivamente para los gerentes de empresas o los emprendedores sociales, o literatos o artistas o intelectuales ese significado lo encuentran en proyectos, su ideación, su construcción y su desarrollo, con la adrenalina y la esperanza que generan en toda su evolución; y no remembrando vacía y nostálgicamente historias de guerra en el abuelazgo.
Carlos Enrique Cavelier
carlosenriquecavelier@gmail.com