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Carlos Tellez
columnista

Refrescando la estrategia

Estamos en un momento en el que refrescar la estrategia no es un ejercicio de trámite y para lograrlo será útil el camino ecléctico. 

Carlos Tellez
POR:
Carlos Tellez
julio 29 de 2021
2021-07-28 07:00 p. m.
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Todas las empresas, en cada momento del tiempo, están ejecutando una estrategia. Aquella surge y evoluciona de distintas maneras, unas más estructuradas que otras, todas ellas legítimas en tanto más importante que la calidad conceptual de la estrategia es el valor tangible que genere a sus grupos de interés. He conocido estrategias exitosas gestadas en un espectro amplio de metodologías, desde aquellas concebidas deliberadamente, en ejercicios formales usando modelos tradicionales, hasta las que surgen de estrategas repentistas que se rigen por la práctica de hacer camino al andar.

Así entonces, y aunque suene contraintuitivo para algunas personas formadas en temas de negocios, no es una constante la relación de causalidad, menos aún en los tiempos que vivimos, entre los resultados que entrega una estrategia y la forma en la que fue definida o su eventual calidad evaluada desde los cánones establecidos por expertos. Contar con una estrategia bien planteada es apenas un atenuante de riesgo en una de las muchas variables que explican el éxito y la sostenibilidad de las empresas, y no es siempre condición necesaria, incluso rara vez suficiente, para que aquellas logren buenos resultados.

Entiendo si estas afirmaciones resultan eventualmente incómodas o controversiales para muchos de quienes hacen estrategia en la cotidianidad empresarial, aunque estimo también que son comprensibles para otros. Y las traigo a colación con una intención concreta: anticipar que las conversaciones que por estos meses sostendrán los equipos al interior de las empresas procurando refrescar su estrategia, visualizar el corto plazo y establecer bases para enfocar su gestión e incluso estructurar un presupuesto, serán esta vez más complejas. Por esta época en 2020 la visibilidad era mínima y navegaban muchos casi en modo de supervivencia, ahora no. A veces, ver un poco es más retador que no ver nada. La invitación entonces, acogiendo las reflexiones aquí planteadas y desde experiencias recientes muy satisfactorias con múltiples equipos ejecutivos, es a tener conversaciones menos rígidas en su estructura y más abiertas en su alcance, con menores restricciones de tiempo y con espacios que permitan la especulación educada. Así mismo, intercambios que no sean apenas incrementales respecto a la estrategia que está en marcha en los que sus participantes trasciendan la coyuntura para asomarse a un plazo más largo en medio de una neblina ligeramente menos espesa. Renunciar en estos encuentros a pretensiones ahora ingenuas, desde contar con información completa o poderse apoyar para decidir en predicciones precisas, hasta querer lograr consensos cerrados y escoger solo iniciativas de éxito asegurado, habilitará una mejor experiencia.

Estamos en un momento en el que refrescar la estrategia no es un ejercicio de trámite y para lograrlo será útil el camino ecléctico que mezcla las tradiciones ortodoxas con el repentismo inteligente.

Carlos Tellez
Consultor Empresarial
carlos@carlostellez.co

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