Todos los colombianos deberíamos incluir en nuestra lista de pendientes de la vida una visita a los parques arqueológicos de San Agustín. En mi caso lo he hecho en 4 ocasiones, la última hace apenas unos días con mi familia.
Escogimos hacerlo entre semana y con antelación a los puentes y la semana santa. La experiencia, como siempre, fue maravillosa. El Instituto Colombiano de Antropología e Historia ha realizado un gran esfuerzo por adecuar las visitas, cuidar nuestro patrimonio cultural y documentar sus hallazgos. Los hoteles que sobreviven han mejorado su infraestructura y hay opciones para todos los precios y gustos. El guía que tuvimos fue maravilloso, conocedor de los temas y respetuoso en el trato.
La oferta turística se está encadenando con varios temas: observación de aves, visita a fincas cafeteras, caminatas a sitios naturales, los distintos parques y la práctica de algunos deportes extremos. En últimas se ha venido construyendo un ecosistema de turismo, que mejora la experiencia de visitar uno de los patrimonios de la humanidad.
Se puede llegar en avión vía el aeropuerto de Pitalito o por carretera en una carretera aceptable desde Neiva. Existe un trayecto, llamado “Pericongo” que es altamente vulnerable en temporadas de lluvia y en esta ocasión se cerro a nuestro retorno. Tuvimos que tomar una vía alterna, también en condiciones razonables, que aumento el trayecto de vuelta en dos horas.
En nuestra ruta paramos en Gigante y visitamos su hermosa Ceiba, que aún con las interpretaciones diversas sobre su origen, nos recuerda los anhelos de libertad e igualdad que movieron las primeras décadas de nuestra existencia como república y siguen pendientes en muchos frentes.
Hay cosas que mejorar, una que ya mencione es la carretera, la segunda, es el bajo nivel de medidas de distanciamiento social y uso del tapabocas. La verdad es un desgaste tener que solicitar a otros visitantes y personas el correcto uso del tapabocas en los espacios públicos. Incluso en los parques, los guardas y guías parecen haber renunciado a ese propósito.
Un tercer tema que sugiero es reforzar la oferta cultural, aumentando la calidad de los trabajos artesanales en piedra, así como otras formas de expresión artística. Finalmente, pensar en opciones de actividades para grupos familiares con niños menores de 10 años, pues hoy no hay muchas.
En medio de esta pandemia, hacer turismo por nuestras regiones no es sólo agradable, sino también una contribución a los esfuerzos de miles de personas y organizaciones que siguen intentando sobrevivir esta crisis. Por ello mi invitación es a recorrer nuestros caminos, explorar sus lugares, con todos los protocolos de bioseguridad y seguirnos apoyando en estos esfuerzos de reactivación.
César Caballero
Gerente
Cifras & Conceptos S.A.
