La opa presentada para adquirir una posición mayoritaria de Nutresa es de una gran importancia, no sólo por el tamaño y relevancia de la compañía y el volumen de los recursos implicados, sino también por varias cosas que pone al desnudo. De la discusión en los medios, así como las declaraciones de los líderes empresariales involucrados quiero resaltar tres asuntos que parecen claros:
El primero es que el mercado de valores colombiano no parece estar siendo un buen mecanismo para establecer el precio de las empresas listadas. No se trata de diferencias del 5 o el 10% sobre la valoración inicial. El posible comprador considera que el precio de mercado es un 40% superior, en pesos al momento de realizar la oferta. Además, un representante de los actuales propietarios ha dicho, sin sonrojarse, que la compañía vale mucho más. Es decir, ambos consideran que la bolsa de valores, por razones que no conocemos, no está valorando bien el valor de la empresa.
Pareciera que en la Bolsa hay unos actores que tienen la posición de ser precio determinantes y que, en este caso, han llevado a una enorme sub valoración del precio real. Cual es la confianza que esta situación genera en los pequeños accionistas y en aquellos actores del mercado que sí son precio aceptantes. Esperemos que los organismos de regulación intervengan pronto para mejorar la forma como se forman los precios de las empresas y que estos se acerquen un poco más a la realidad económica de las mismas.
El segundo, si la empresa vale más, el monto de los impuestos pagados, posiblemente no sea el adecuado. Supongo que la Dian debe estar mirando este tema con interés, pues en cuestión de días, se ha reconocido de manera pública que los activos de una gran compañía valen más del 40% de lo que se ha venido reconociendo de forma oficial.
El tercero es que el llamado Grupo Empresarial Antioqueño parece tener serios problemas de gobierno corporativo. Este episodio muestra que los cruces entre juntas directivas, y accionistas presenta riesgos para la correcta valoración de las compañías, existencia de intereses cruzados y toma de decisiones. Esta situación no parece ser conveniente para las empresas, el mercado, los accionistas y en últimas, por el tamaño de los involucrados, para el funcionamiento de la economía colombiana.
Lo más extraño es que todo esto: una valoración equivocada del precio de una compañía, una posible disminución de los impuestos a cargo y problemas de gobierno corporativo, parecen ser legales.
CÉSAR CABALLERO
Director de Cifras y Conceptos