El Gobierno Nacional anunció hace unos días que, a partir del próximo 30 de junio, se levantará la emergencia sanitaria en el país. De acuerdo al presidente, Iván Duque, y al ministro de Salud, Fernando Ruiz, “no existen ya las razones epidemiológicas”. Esto es, el comportamiento del virus covid-19 en el territorio nacional, la vacunación masiva, la ampliación de las capacidades del sistema de salud, entre otros factores, no justifican sostener esta situación extraordinaria por más tiempo.
Desde el pasado 12 de marzo de 2020, hace 840 días, se declaró la emergencia sanitaria para brindar al Ejecutivo facultades más flexibles en el diseño de la respuesta nacional contra la irrupción del coronavirus. En esos más de dos años de pandemia 294 actos administrativos se expidieron y se presentaron más de un centenar de proyectos de decreto para revisión de la Corte Constitucional. En cuanto al FOME, Fondo de Mitigación de Emergencias, se manejaron unos $45 billones, de los cuales la tercera parte se destinó a inversiones de salud como compras de ventiladores y construcción de unidades de cuidados intensivos (UCI).
Las UCI en todo el país se duplicaron -pasaron de 5.346 a 13.100- mientras que $4,5 billones fueron invertidos en el despliegue del plan nacional de vacunación. La reactivación económica con bioseguridad también hizo parte de la emergencia e incluyó programas de ayudas a las empresas con las nóminas, entre otras medidas. De hecho, las cifras del plan de inmunización masiva muestran que más del 70% de la población colombiana cuenta con esquemas completos, 36% tiene primer refuerzo y 5%, el segundo refuerzo.
No es sencillo evaluar una gestión sanitaria ante un virus como la covid-19 que, en estos más de 840 días, ha contagiado a más de 6,13 millones y ha cobrado la vida de casi 140 mil colombianos. Tampoco se puede negar que el arranque de la vacunación no tuvo la velocidad y el ritmo de otros países latinoamericanos. Y en varias ocasiones indicadores internacionales que medían la resiliencia al coronavirus no reflejan positivamente el nivel de respuesta estatal colombiana.
No obstante, la persistencia de la Presidencia de la República y del equipo de salud, liderado por el ministro Ruiz, lograron mejorar esta respuesta en el frente epidemiológico y en el de vacunación, e incluso el económico. Los escenarios apocalípticos que muchos opositores políticos blandieron durante la pandemia -y que hoy ganaron la Casa de Nariño por los próximos cuatro años- no se materializaron.
Lo cierto fue que las acciones ejecutivas que tomó el Gobierno Nacional permitieron no solo ir mejorando las capacidades del sistema de salud y hospitalario para responder a los picos sino alcanzar el nivel de vacunación suficiente para poder reabrir la economía y sostener una dinámica senda de reactivación. Es asimismo cierto que el virus no se ha ido y ya se reporta una especie de ‘mini-pico’ que no tiene la peligrosidad de picos anteriores pero que no se puede descuidar.
Una medida del balance positivo de la gestión del gobierno Duque frente al coronavirus está en cómo ha venido perdiendo prioridad dentro de las preocupaciones urgentes de los colombianos y cómo no tuvo mayor presencia dentro de la recién concluida campaña presidencial. Lo anterior no significa que no queden retos pendientes en la estrategia gubernamental contra la pandemia- tanto en lo sanitario como en lo social y económico. Pero no sobra reconocer con justicia, a pocos días del fin de la emergencia, que la administración Duque manejó con resultados positivos esta crisis sanitaria sin antecedentes.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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