Este miércoles, tras 42 días de protestas y bloqueos, el Comité del Paro ha convocado a una mal llamada 'toma de Bogotá'. Las conversaciones entre el Gobierno Nacional y los promotores de las manifestaciones siguen suspendidas en medio de un trágico tercer pico de contagios que parece nunca acabar.
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Los efectos económicos de casi mes y medio de paro nacional siguen experimentándose a lo largo y ancho del territorio nacional. De acuerdo a una reciente encuesta de la Asociación Nacional de Empresarios (Andi), el 84 por ciento de las empresas del país manifiesta haber sido impactadas ‘mucho’ y ‘bastante’ por los bloqueos ilegales. Tres de cada cuatro compañías dicen que su producción se ha visto afectada, las ventas han caído en un 91 por ciento.
El tejido empresarial no es el único afectado por estos cierres de vías y carreteras. Según datos del Dane, el paro nacional terminó por empujar la inflación por encima de la meta anual del Banco de la República. Si bien el índice de precios al consumidor se mantiene dentro de los rangos del Emisor, el dato mensual a nivel nacional para mayo saltó al 1,0 por ciento.
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Esta disparada responde a un alza mensual de 5,37 por ciento de los alimentos y bebidas no alcohólicos en todo el país. Una mirada localizada a la inflación ratifica lo que los expertos anticiparon: los bloqueos, en especial en el suroccidente, impactaron los precios. En otras palabras, en las ciudades donde los cierres tuvieron durante mayo más intensidad- Popayán, Cali, Florencia y Neiva-, los alimentos se encarecieron. Sólo en la capital del Valle del Cauca ese índice para los productos básicos ascendió a 15,3 por ciento.
A lo anterior se añade el triste hecho de que este aumento de la inflación impactó con más severidad a los hogares más humildes. Mientras los más ricos registraron un índice de precios de 0,49% en mayo, las familias más pobres registraron 1,49 por ciento. A nadie debe sorprender que las obstrucciones a las carreteras hayan desembocado en desabastecimiento de alimentos y de bebidas y, por ende, costando mucho más.
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Por más que los impulsores del paro nacional busquen justificar estos cierres, el informe del Dane sobre la inflación refleja una carga adicional a los más vulnerables. Precisamente en medio de la crisis económica y sanitaria generada por la pandemia del coronavirus, el Comité del Paro se resiste a rechazar los bloqueos que tanto asfixian la economía como encarecen la comida para los más pobres.
Un tejido empresarial desgarrado y los hogares colombianos viendo reducir su capacidad de compra de alimentos son las consecuencias económicas de más de 40 días de paros, protestas y cierres. Si bien Colombia ha venido recorriendo, con algunos altibajos, una senda positiva de reactivación de la economía, los bloqueos amenazan con descarrilar esa ruta. O lo que es peor, frenar en seco los pronósticos optimistas de crecimiento para el 2021 y generar una recuperación inequitativa, con menos oportunidades a los más vulnerables.
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Pase lo que pase en los próximos días en las manifestaciones, los impactos económicos- estimados durante mayo entre 6,1 y 10,8 billones de pesos- siguen apilándose, dejando en el camino a empresas ahogadas, exportaciones sin entregar, negocios quebrados y empleos destruidos. Ahora hay otra preocupación más: los precios por las nubes. Es momento de continuar el diálogo entre el Gobierno Nacional y el Comité del Paro, levantando los bloqueos sin excepción ni justificación.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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