El Dane publicó la Encuesta de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (EnTIC) tanto en hogares como en empresas. Esta medición constituye una radiografía de la cobertura, la penetración y los distintos usos de los colombianos a internet, celulares, televisores, computadores, tabletas y otros servicios y dispositivos TIC.
La EnTIC muestra sus datos a 2020, esto es, el estado de las TIC en el año en que irrumpió el coronavirus y exigió que el mundo entero acelerara sus procesos de adopción y transformación digital. Esta encuesta cuantifica las brechas que en materia digital y de TIC sufre Colombia entre sus departamentos, entre las cabeceras urbanas y las zonas rurales, entre quienes tienen dinero para las tecnologías y quienes no pueden costearlas, entre quienes cuentan con destrezas computacionales y quienes no las tienen.
El año pasado, cuando hogares, fábricas, comercio y gobiernos usaron herramientas digitales para conectarse en medio de un confinamiento generalizado en medio de la pandemia, el 60,7 por ciento de los hogares colombianos no tenían un computador de escritorio, portátil o tabletas. De hecho, el 75,4 por ciento reportaron tener un teléfono celular y el 56,5 por ciento, contar con una conexión de internet.
Las diferencias de uso de las TIC entre los departamentos con mayor actividad económica y ubicados en el centro del país con las regiones de la periferia son altas. Es claro que la velocidad de la transformación digital generada por la covid-19 y las restricciones de la pandemia se experimenta de manera distinta depende de la región donde se viva. En 2020 la oportunidad de trabajar remotamente, de recibir clases virtuales y de desplegar canales digitales de comercio y venta para sobrevivir quedó restringida a esas grandes ciudades con conectividad y acceso a dispositivos y habilidades computacionales.
Otra brecha grande es la que divide la penetración y adopción de las TIC entre las cabeceras urbanas y las zonas rurales. La distancia en conexión de internet entre los hogares de las grandes capitales y los del campo es de 42 puntos porcentuales. Y en cuanto a contar con un computador en casa, el hueco entre unos y otros es de casi 38 puntos porcentuales. Incluso en términos de calidad del servicio, los hogares rurales reportan en mayor proporción un acceso a internet “malo”.
Este es el marco de necesidades sociales urgentes en el que se está presentando el escándalo de corrupción del anticipo de 70 mil millones de pesos a la Unión Temporal Centros Poblados, que le costó la cabeza al Ministerio de las TIC. Una radiografía con brechas de acceso tan pronunciadas para las zonas rurales a las tecnologías de la información y las comunicaciones justifica la indignación colectiva del país ante las irregularidades de un billonario contrato para conectar a los colegios del campo.
Otro aspecto a destacar en esta EnTIC de hogares son los altos costos de los computadores y del servicio de internet como principal razón para no contar con los equipos ni con la conexión. Igualmente surge la necesidad de robustecer las habilidades computacionales de la mayoría de la población colombiana, en especial la de las áreas rurales. A pesar del amplio uso del celular en el país -75,4 por ciento- solo un 16, 5 por ciento lo usa para comprar y un 6,6 por ciento para vender.
Lo más probable es que, a pesar del escándalo de Centros Poblados, el Gobierno Nacional pase los últimos meses intentando publicitar sus logros en materia de transformación y avance digital. Seguramente en términos de empresas y comercio, habrá resultados que contar. Pero en los hogares estas brechas aún faltan por cerrar.
Francisco Miranda Hamburger
framir@portafolio.co
Twitter: @pachomiranda