Aquel adagio según el cual todo lo que baja vuelve a subir, acabó siendo verdad en el caso de la cotización del dólar. Para hoy, la moneda estadounidense abre la jornada con una tasa representativa de 1.932 pesos, superando otra vez el nivel de 1.926 pesos con el que comenzó el año. Puesto de otra manera, volvimos al terreno de la devaluación por primera vez desde comienzos de mayo, cuando la divisa empezó a perder terreno.
Aunque acertar en estos asuntos es muy difícil, lo interesante de la situación es que cada vez más expertos coinciden en que la tendencia vista en los últimos días debería continuar. Tanto factores locales como externos parecen conjugarse para que el billete verde suba de precio. Si bien nadie se compromete con una apuesta exacta, la racha alcista seguiría, más allá de los altibajos propios del día a día.
El ajuste, a decir verdad, completa varias semanas. Desde comienzos del mes, el peso colombiano se ha depreciado en más de 3 por ciento, mientras que el chileno lo ha hecho en 1,6 y el sol peruano en 1,3 por ciento. De tal manera, tenemos la moneda regional que más perdió terreno en agosto, dejando atrás incluso a la de Argentina, cuyas angustias son conocidas.
Tales movimientos, sin embargo, deben ser mirados en contexto. Cuando el lente se amplía a lo que va del año, queda claro que el balance no es igual y que ocupamos el tercer lugar en la lista de los que menos se han devaluado en América Latina, pues hemos tenido movimientos atípicos, atribuibles a una entrada de recursos con destino a inversiones de portafolio.
El detonador de esa situación fue el cambio de ponderación, hace unos meses, en los índices que les sirven a los grandes ahorradores para colocar su dinero. En concreto, el banco JP Morgan aumentó el peso de los papeles de deuda colombiana en la canasta de títulos que les recomienda a sus clientes, por cuenta del cual llegó una suma sin precedentes, en un periodo corto.
Según cifra de la balanza cambiaria que elabora el Banco de la República, con corte al 8 de agosto, habían ingresado 8.599 millones de dólares para compra de papeles, 5.190 millones más que en igual periodo del año pasado. De esa suma, casi la totalidad tiene que ver con la recomendación de la entidad estadounidense, cuyos principales flujos se dieron entre mayo y julio.
A pesar de que en algún momento se llegó a decir que el tope sería cercano a los 10.000 millones, diferentes situaciones hacen pensar que la copa está cerca de llenarse. Por una parte, testimonios provenientes de los administradores de las firmas más reconocidas confirman que la mayoría considera que su exposición en Colombia se encuentra cerca del tope. Por otra, en agosto la corriente de recursos ha disminuido su caudal de forma considerable, pues ya no es de centenares, sino de decenas de millones. Además, Estados Unidos atrae más capitales por la recuperación económica que ha tenido.
Mientras esa llave se cierra, hay presiones de otra índole. La más notoria es el cambio de signo en la balanza comercial del país, que de una cifra en negro pasó a una en rojo. Si se compara el saldo al cierre del primer semestre del 2013 con la de junio pasado, la diferencia es de 3.000 millones de dólares. A lo anterior hay que agregarle que la inversión extranjera directa ha bajado, según el Emisor, en 861 millones de dólares y que la que hacen los colombianos en el exterior ha subido en 983 millones.
Si bien hay más elementos en juego, el mensaje es que mientras la oferta de dólares muestra indicios de disminuir, la demanda continúa vigorosa. De tal manera, como la segunda es más fuerte que la primera, el precio de la divisa tendría que subir. Por eso es mejor mirar el tema con cautela, porque el viento está cambiando de dirección. Y quien no se dé cuenta a tiempo pude sufrir las consecuencias del ventarrón cambiario.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
Twitter: @ravilapinto