De acuerdo con la entidad Freedom House, hay 118 democracias electorales en el mundo, un número que ha venido creciendo de forma continua a lo largo de los años pasados y comprende a casi dos terceras partes de las naciones del planeta.
Es en este grupo de países en donde los ciudadanos ponen en práctica el principio básico de elegir y ser elegidos, en un marco de transparencia –por lo menos formal– en el que también aparecen mecanismos de pesos y contrapesos para garantizar los más variados derechos.
Bajo esa óptica, el 2014 va a ser un año particularmente intenso en la materia.
Para comenzar, algunos de los estados más populosos del globo tendrán una cita con las urnas, comenzando por India e incluyendo a Indonesia y Brasil, en donde se deberían escoger –o, si es del caso, confirmar– mandatarios.
Adicionalmente, en Estados Unidos habrá comicios legislativos, mientras que los habitantes de los 28 socios de la Unión Europea escogerán al parlamento comunitario, cuya sede está en Estrasburgo (Francia).
Pero es en América Latina en donde el clima va a estar muy agitado.
Y es que en siete de los 19 países de la región ya ha comenzado a moverse el cotarro político, por cuenta de campañas que –en cada caso– aspiran a conquistar o quedarse en el poder.
El calendario empieza el 2 de febrero cuando de forma simultánea se celebren elecciones en Costa Rica y El Salvador. En el caso de la primera, hay una gran expectativa ante la posibilidad de que una coalición de fuerzas de izquierda logre por primera vez el triunfo, por cuenta del desprestigio que afecta a las colectividades tradicionales.
En lo que hace al segundo, la pregunta es si el FMLN –cuya génesis fue la guerrilla del mismo nombre– logrará retener el mando o si la derecha lo va a recuperar, tras haberse sucedido un cambio pacífico e histórico.
También se hacen cábalas sobre Panamá, en donde el 4 de mayo están programados los comicios presidenciales y legislativos.
Tras haber tenido durante la mayoría de lo que va del siglo la tasa de crecimiento más alta de Latinoamérica, el reto para el sucesor de Ricardo Martinelli va a ser mantener la velocidad, una vez concluyan las obras de ampliación del canal interoceánico.
Para cerrar el primer semestre llegará el turno de Colombia, pues el 25 de mayo Juan Manuel Santos se enfrentará a un abanico todavía no plenamente definido de contrincantes, tras haber tenido lugar la designación de los integrantes del nuevo Congreso, el 9 de marzo.
Como es bien sabido, en caso de que ningún aspirante logre más del 50 por ciento de los votos, será necesaria una segunda vuelta tres semanas después, algo que parece muy posible de acuerdo con las encuestas disponibles a la fecha.
Aunque es obvio que dicha contienda atraerá toda la atención del caso, no será la que más interés despertará dentro y fuera de la región.
Dicho lugar le corresponderá a Brasil, que el 5 de octubre decidirá si Dilma Rousseff sigue por otro periodo en el palacio de Planalto, con lo cual el Partido de los Trabajadores completaría 16 años a cargo de la nación más extensa, habitada y poderosa de la zona. Aunque los temas que forman parte del debate son muchos, el éxito o fracaso del Mundial de Fútbol tendrá que ver en el resultado.
Ese día también, Evo Morales tendrá la posibilidad de llegar a un tercer mandato en Bolivia, haciendo uso de una debatida interpretación de la Constitución. La lista se cierra el siguiente 26 de octubre, cuando Uruguay escoja al sucesor de José Mujica, cuyo prestigio es notorio.
Si bien cada carrera es diferente, las apuestas de los observadores favorecen el continuismo. Ello quiere decir que no habrá una tendencia ideológica triunfadora, así los problemas se parezcan.
Por eso no está de más recordar que –más allá del color de cada bandera– la calidad de la administración pública será aún más determinante que siempre.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
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