“La más grave amenaza desde la crisis financiera de 2008”. Así calificó al coronavirus Covid-19 la Organización para la Cooperación y el Desarrollo EConómicos (Ocde).
De hecho, el ‘club de las buenas prácticas’ rebajó su previsión de crecimiento de la economía mundial del 2,9 por ciento al 2,4 por ciento para este año. “El virus amenaza con darle un golpe adicional a una economía global ya debilitada por las tensiones políticas y comerciales”, concluyó la Ocde en su reporte.
La epidemia del Covid-19 continúa su expansión imparable por todo el planeta. Hasta ayer, el total de casos confirmados globalmente superó los 92 mil con el número de muertes en 3.160.
En las dos regiones que se habían salvado de la epidemia -América Latina y África- ya empezaron a registrarse los primeros casos. Ayer Chile y Argentina oficializaron sus primeros enfermos, mientras que Ecuador ya va en 7, México en 5 y Brasil en dos.
Al pánico económico, desatado la semana pasada en las bolsas mundiales, siguió un día de mejora y repunte, el lunes, en los mercados, pero ayer Wall Street volvió a cerrar en rojo. Además, crecieron las presiones sobre los gobiernos y los bancos centrales de Europa y América del Norte para la definición de acciones para enfrentar los impactos del coronavirus a nivel global.
Por eso ayer los ministros de Hacienda y los banqueros centrales del G7 -las economías más desarrolladas del mundo- se reunieron y se comprometieron a usar todas las “herramientas de política” para enfrentar la expansión mundial del Covid-19.
Pocas horas después, la Reserva Federal (Fed) dio el primer paso al anunciar un recorte extraordinario de medio punto en sus tasas de interés como. Es la primera vez que el banco central de Estados Unidos toma una decisión así desde la crisis financiera de 2008. La última vez que lo hizo fue ante el colapso del banco Lehman Brothers.
La Fed, de todas maneras, reconoció no solo que el coronavirus implica “riesgos en desarrollo para la actividad económica” sino también las limitaciones que los instrumentos de política monetaria tienen en frente de crisis sanitarias como esta epidemia. “Reconocemos que este recorte de tasas no reducirá la tasa de infección. No arreglará una cadena de suministro rota. No tenemos todas las respuestas”, afirmó Jerome Powell, su presidente.
Sin embargo, los inversionistas en Wall Street no le creyeron a la Fed, cuyo recorte no apaciguó el temor ante los impactos económicos de la epidemia.
Otros bancos centrales como el australiano tomaron medidas similares no solo para suavizar las condiciones financieras para las economías, sino también para ayudar a navegar el freno que ha significado este choque extraordinario de la oferta.
Sumado a las herramientas de política monetaria y crediticia de los bancos centrales, los gobiernos asimismo cuentan con un abanico de instrumentos para ‘vacunar’ de cierta manera a la economía de los efectos del virus.
Por ejemplo, en el frente fiscal, los gobiernos, incluido el colombiano, deben garantizar los recursos necesarios para que los sistemas de salud pública puedan identificar, manejar y contener la epidemia apenas llegue a sus territorios.
El ejecutivo colombiano no podrá impedir que el coronavirus pise suelo nacional, pero sí pude desplegar desde ya los protocolos necesarios tanto médicos como migratorios en fronteras, puertos y aeropuertos.
Tampoco se puede descansar en la circulación de información sobre la epidemia, qué hacer para protegerse del contagio, cómo identificar los síntomas y qué hacer. El plan para enfrentar el Covid-19 debe ser la prioridad máxima del entrante Ministro de Salud. A diferencia de la crisis financiera de 2008, por ahora las respuestas a la epidemia serán locales y no globales.