Si en la economía colombiana llueve a cántaros por los impactos de la pandemia del coronavirus, en el resto de la economía mundial no escampa.
Este martes el Fondo Monetario Internacional (FMI) publicó una actualización de sus perspectivas de la economía global para este año.Con solo tres meses de diferencia con respecto al reporte de enero pasado, el mundo y su desempeño económico experimentaron la más drástica de las transformaciones.
El 2020 arrancó con una visión optimista: el PIB mundial crecería 3,3 por ciento. Tres meses después y una pandemia global, el Fondo calcula una contracción de 3 por ciento para este año.
En otras palabras, una reducción de más de seis puntos porcentuales en los pronósticos. Por ejemplo, en la crisis financiera global de 2008 y 2009 el PIB global cayó 0,1 por ciento, mucho menos que las proyecciones actuales del coronavirus.
Un cambio tan drástico en un tiempo tan corto refleja la severidad con que la covid-19 ha impactado a la totalidad de la actividad productiva en el planeta. Es una crisis literalmente mundial. En palabras de Gita Gopinath, directora de estudios del FMI, “la magnitud y la rapidez de la paralización de la actividad ha sido algo que nunca hemos experimentado en nuestras vidas”.
La implementación de draconianas cuarentenas por doquier, lo que Gopinath llama “El Gran Confinamiento”, está infligiendo un duro golpe a las economías de todos los tamaños, pobres y ricas. Las prácticas de distanciamiento social, aplicadas tanto en las ciudades ricas del mundo desarrollado como en las urbes de países de ingreso mediano como Colombia, impactan con similar dureza sectores como el turismo, el entretenimiento, la educación y el comercio.
Si bien los confinamientos generados por la pandemia han exacerbado las desigualdades y las inequidades sociales y económicas, los dilemas y las disyuntivas entre las medidas sanitarias y sus consecuencias en las empresas, los hogares, los empleos y los ingresos son similares para los gobiernos y las autoridades económicas, guardadas las debidas proporciones.
Para el Fondo Monetario este “Gran Confinamiento” desatará en 2020 la “peor recesión desde la Gran Depresión” en los años 1930s. Estas son dimensiones históricas que usualmente no se traen a colación. Y la razón no se limita a las estadísticas macroeconómicas.
La Gran Depresión no solo marcó la historia del mundo en el siglo pasado sino también generó transformaciones profundas en la sociedad, la política y la economía. Además recesiones de esas magnitudes dejan cicatrices sociales difíciles de borrar, producen inmenso dolor, hambre y desesperanza en millones de personas; y borrar de un tajo el arduo y duro trabajo de millones de empresas y trabajadores.
El panorama es mucho peor que sombrío. Las economías ricas caerán en conjunto 6,1 por ciento mientras que las emergentes un uno por ciento. El crecimiento per cápita se contraería, de acuerdo a estas proyecciones, en unos 170 países.
Desafortunadamente Colombia no es esta vez la excepción. Si bien el año pasado la economía nacional creció en medio de un estancamiento regional en América Latina, el choque generalizado se llevará al país por delante. De todas maneras, mientras América Latina y el Caribe se desploma un 5,2 por ciento en este año, Colombia se contraerá un 2,4 por ciento.
Estos son estadísticas que el mundo y nuestro país no están acostumbrado a manejar. Sin olvidar la prioridad de salvar vidas en medio de una pandemia, se deben discutir todas las medidas que mitiguen este desplome económico que ya el aparato productivo colombiano está empezando a sufrir. No estamos viviendo tiempos ordinarios.
Francisco Miranda Hamburger
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