A partir del próximo lunes, Colombia entra a una nueva etapa en la lucha contra la pandemia del coronavirus.
Esta nueva fase no solo termina la cuarentena nacional obligatoria tal y como se vivió en abril, sino también traslada el teatro de operaciones contra la covid-19 a las regiones.
En entrevista con este diario, el presidente Iván Duque lo describió de esta manera: “Como Gobierno Nacional damos los lineamientos de los sectores y las pautas para que los gobiernos locales los apliquen”. El primer mandatario es contundente: “el aislamiento con enfoque regional es necesario para dar pasos seguros”.
Las autoridades identificaron nueve indicadores sanitarios que, junto con las dinámicas geográficas de las regiones y el avance de la reactivación económica, le permitirán al Gobierno Nacional monitorear los ritmos locales. Esto implica, en la práctica, el fin de una estrategia única que combine salud y actividades económicas y que cobije a todo el territorio nacional.
Un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con datos oficiales del gobierno colombiano, confirman que tanto en lo geográfico como desde lo sanitario las regiones arrancan esta fase local desde distintos puntos de partida.
Si bien el reporte tiene corte del lunes pasado en la noche, refleja unas dinámicas en los departamentos y las grandes capitales que, desde ya, invitan a los mandatarios locales a adoptar estrategias diferenciadas.
Por ejemplo, aunque hay contagios reportados en 348 de los más de 1.100 municipios del país, casi el 80 por ciento de todos los casos están en tan solo 10 localidades. Es necesario pulir y robustecer los protocolos para que los llamados municipios sin casos detectados puedan reactivarse y protegerse del virus del exterior.
El informe de la OPS recoge la mayoría de los indicadores de morbilidad, mortalidad y gravedad por departamento, así como el número reproductivo efectivo (Rt).
Esa radiografía es reveladora de las disímiles realidades regionales. Por ejemplo, en materia de la tasa de incidencia por cada 100 mil habitantes, mientras el promedio nacional es de 43,6 casos, Amazonas registra 1.904, Cartagena 208, Barranquilla 116, y Bogotá 95,4 casos.
La tasa de mortalidad nacional registra 14,9 muertes por cada millón de habitantes, mientras que Amazonas marca 683 fallecidos, Cartagena 97, y el puerto de Buenaventura 79,5.
Esos mismos datos muestran, por ejemplo, bajos indicadores en Antioquia, con una población de 6,6 millones, con una tasa de incidencia tres veces menor al promedio nacional y una tasa de mortalidad unas 16 veces menor que la del país.
Estos indicadores de la enfermedad se combinan con los de hospitalización, cuidados intensivos y reproducción, que ilustran la efectividad de las distintas medidas sanitarias y de restricción que se aplican en las regiones.
Esta valiosa información cambiará en los próximos días, pero sí marca no solo las trayectorias locales, sino también los distintos desafíos de salud pública. Queda claro que el ritmo de la reapertura económica y el proceso de desconfinamiento no puede ser el mismo para todo el territorio nacional.
Los indicadores de la costa Caribe, Bogotá y otras regiones invitan al endurecimiento de las medidas, así como de un ejercicio más drástico de vigilancia y mayor exigencia de cultura ciudadana, autocuidado y disciplina individual.
El presidente Duque insiste en que la regionalización del combate contra el coronavirus no implica que el Gobierno Nacional ceda su control de la emergencia. La decisión que pondrá a prueba esta convicción será cuando los indicadores lleven a que unas capitales y departamentos sigan abiertos y otros regresen al encierro.
Francisco Miranda Hamburger
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