Este jueves, la Superintendencia de Sociedades publicó el informe de las 9.000 empresas que le siguen a las 1.000 más grandes del país. Ese reporte toma una fotografía instantánea del desempeño de las compañías de tamaño mediano en el peor año de la economía colombiana en décadas.
El choque que la pandemia asestó en 2020 -y sigue asestando en este año- a esta ‘clase media’ empresarial ha sido dramático y se ha llevado por delante establecimientos que tomaron décadas en consolidarse. Los ingresos operacionales de ese contingente de 9.000 empresas sumaron 310 billones de pesos, una reducción del 4,1 por ciento en comparación con 2019. Esta cifra equivale al 31 por ciento del PIB nacional.
En ganancias también la Supersociedades registró un monto de 13 billones de pesos, una caída de 25,3 por ciento. Mientras en 2019 1.230 compañías dentro de este grupo de 9.000 reportaron pérdidas por 5,3 billones de pesos, en el año de la pandemia fueron 1.464 las que registraron pérdidas en sus operaciones que ascendieron a 8,9 billones de pesos. Pero los ingresos de las 1.000 empresas más grandes de la economía colombiana en 2020 cayeron unos puntos porcentuales más -7,6 por ciento- y sus ganancias se redujeron en un porcentaje mayor -34,1 por ciento.
Estos datos confirman que los dos bloques de empresas -las 1.000 con mayores ingresos operacionales y las 9.000 que les siguen- demostraron una destacable capacidad de resiliencia para sostener el impacto de una crisis de magnitudes históricas. Y es precisamente desde ese aguante del sector privado que se está construyendo la senda de reactivación de la economía que hoy sostiene las optimistas proyecciones de crecimiento para finales del 2021.
No obstante, la resistencia colectiva que, con ayuda de los apoyos, impidió un desplome peor no significa la ausencia de dramáticas historias sectoriales, regionales o individuales. Este bloque medio de empresas, conformado mayoritariamente por establecimientos de comercio y servicios, pasaron de aguantar los confinamientos y la parálisis productiva de 2020 para soportar los cierres y bloqueos ilegales del paro nacional en el segundo trimestre de 2021.
Un reciente de sondeo de Acopi muestra que, para una compañía de tamaño mediano, los más de 50 días de paro nacional le habrían costado en promedio unos 350 millones de pesos. Los efectos en el segmento mipyme fueron variados: incrementos en los costos, suspensión de operaciones, ausentismo laboral, entre otros. De hecho, el 54,6 por ciento habría adoptado o contemplado el cierre de sus negocios por razones de orden público asociadas a las movilizaciones.
Si se sigue bajando en esta pirámide del tejido empresarial nacional, la resiliencia es menor y los impactos y el desgarramiento son peores y más dolorosos. El PNUD ha identificado tanto en Colombia como en el resto de América Latina a las pequeñas empresas como las más afectadas por la pandemia. De acuerdo al Dane, los micronegocios en Colombia en 2020 cayeron 7,3 por ciento a 5,4 millones.
Más que una fotografía única de la resistencia empresarial al choque, lo que hay son múltiples imágenes por sector, por tamaño, por región y por operaciones, que incluyen quiebras, suspensiones, pérdidas de puestos de trabajo y la destrucción de sueños de emprendedores y de ilusiones de supervivencia. Esa batalla por sobrevivir la crisis, desde las grandes empresas hasta los humildes micronegocios, continúa y es la que pavimentará la recuperación social y económica de Colombia.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
framir@portafolio.co
Twitter: @pachomiranda