Hoy se reúnen los codirectores del Banco de la República para tomar una decisión sobre la tasa de intervención. Es la reunión de despedida del ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, como miembro de la junta, y los analistas tienen la expectativa de que el Emisor mantenga la ruta de alzas de las tasas de interés que ha venido marcando.
De hecho, algunos observadores apuntan a un incremento de 150 puntos básicos, lo que subiría el nivel a un 9 por ciento. Esto quiere decir que las tasas habrían aumentado unos cinco puntos porcentuales en cuestión de cinco meses. Este ciclo de normalización del Banco de la República es el camino que globalmente están tomando los principales bancos centrales.
El pasado miércoles, la Reserva Federal de Estados Unidos tomó la decisión de elevar 75 puntos básicos su tasa de interés con la intención de controlar una inflación que no se registraba desde hace más de 40 años. Esto, con consecuencias sobre los capitales en las economías emergentes como la colombiana y sobre las condiciones financieras internacionales.
La motivación del banco central colombiano es la misma. El más reciente dato de inflación del Dane- la correspondiente al mes de junio -alcanzó una variación anual de 9,67 por ciento-, los niveles más altos en más de 20 años. Es alta la probabilidad de que el IPC del séptimo mes del año supere oficialmente los dos dígitos, aunque ya los hogares pobres y vulnerables del país enfrentan una inflación de esas magnitudes.
Es evidente que ya lo único que ha quedado para combatir la alarmante alza de los precios al consumidor es la intervención de la junta directiva del Banco de la República.
El paquete de medidas del Gobierno Nacional, anunciadas hace unos meses, no generó los resultados esperados, como precisamente lo pronosticaron muchos analistas. La administración saliente termina su período con el fenómeno inflacionario en peligrosos picos, sin mayores acciones tangibles para contrarrestarlo, y enfatizando sus componentes globales. Ante un escenario inevitable de un IPC por encima del 10 por ciento, la ruta de las alzas de las tasas de interés es la ruta que el Emisor debe transitar.
No obstante, no sobra que se tengan en cuenta los impactos que encarecer el costo del dinero en la economía tienen sobre las actividades productivas. En medio del deterioro de las condiciones económicas globales, Colombia ha logrado sostener unas perspectivas de crecimiento que superan a sus pares regionales. Hace pocos días el FMI elevó las estimaciones de la economía colombiana a un 6,3 por ciento del PIB a finales de 2022. Esta es una senda dinámica de recuperación que enfrenta no pocos ni menores riesgos, no solo para el resto del año sino para el 2023.
El comportamiento de la economía de Estados Unidos -que ya sumó dos trimestres consecutivos de decrecimiento y caminaría hacia la recesión-, el entorno de altas tasas de interés, el mantenimiento de los altos precios, el deterioro económico global, sumado a decisiones locales como la reforma tributaria, entre otros factores, se materializarían para aplicar un freno al ritmo de crecimiento nacional.
En sintonía con otros bancos centrales, la junta directiva del Banco de la República subiría hoy las tasas de interés ya que las condiciones por las que las elevó hace un mes aún se mantienen. Sin embargo, algunos analistas del mercado indican que, ante la entrada del nuevo gobierno y del nuevo ministro de Hacienda José Antonio Ocampo -cuya primera reunión de junta será en septiembre próximo- el ritmo de estas alzas podría llegar a moderarse.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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