Mil millones de personas en 12 años. De esa magnitud fue el aumento en el tamaño de la población mundial hasta mediados del 2015, de acuerdo con cálculos hechos por las Naciones Unidas, que fueron dados a conocer este jueves.
Según las proyecciones de la entidad, en el planeta habitan hoy 7.349 millones de seres humanos, una cantidad que pasará a 8.501 millones en el 2030 y 9.725 millones en el 2050. Para el 2100, el dato será de 11.213 millones de individuos, un nivel que debería estabilizarse si las apuestas en torno a la fertilidad resultan ser ciertas.
La variable clave es el número de hijos por mujer, que ha venido descendiendo a nivel global. No obstante, las tasas de natalidad varían de latitud a latitud. África tiene todavía el nivel más alto, por lo cual más de la mitad del incremento en población que se prevé de aquí a mediados de siglo, tendrá lugar en ese continente.
Aun así, hay 83 países cuya natalidad se encuentra por debajo del punto requerido para que su población se mantenga constante. Naciones tan representativas como Japón o Brasil verán una caída en el número de ciudadanos que tienen.
Europa, a su vez, experimentará una contracción de 63 millones de seres en los próximos 35 años, una baja que podría ser compensada parcialmente por fenómenos como la migración.
Mientras ello ocurre, la edad promedio no parará de subir. Los avances en nutrición y medicina, al igual que la caída en la mortalidad infantil han llevado a que la esperanza de vida sea la más alta en la historia de la humanidad, al ubicarse actualmente en 70 años, y con posibilidad de llegar a 77 años en el 2050.
Debido a ello, la cantidad de gente mayor de 60 años –que hoy es de 901 millones– subirá a 2.100 millones en la mitad del siglo. Más impresionante aún es que aquellos que tengan 80 años o más se van a multiplicar por siete cuando termine la presente centuria.
Colombia no es ajena a ninguna de esas tendencias. Con una población estimada de 48,2 millones en el 2015 –unas cuatro veces la contabilizada en 1950–, el país pasaría a 53,1 millones de ciudadanos en el 2030 y a 54,9 millones en el 2050. A partir de entonces, comenzaría un descenso, hasta el punto en el cual para el 2100 habría 45,3 millones de habitantes en el territorio nacional, es decir menos que ahora.
No menos llamativo es el envejecimiento paulatino que se pronostica. Si actualmente la proporción de personas mayor de 60 años es el 10,8 por ciento de la población, para mediados de siglo pasaría a 27,6 por ciento. En contraste, los menores de 14 caerían de 24,3 a 15,7 por ciento entre ambas fechas.
Y, claro, viviremos más tiempo, en promedio. La esperanza de vida de un colombiano –que entre 1990 y 1995 era de 68,7 años– ahora es 73,7 y debería subir a 76,6 años en década y media. Para el 2100, la apuesta es de 87,2 años.
Tales cuentas plantean una serie de desafíos, que no son menores en nuestro caso. El principal tiene que ver con la sostenibilidad de un sistema de salud que ya es deficitario. Igualmente complejo es desarrollar un esquema pensional que permita garantizarle una vejez digna a una proporción de la ciudadanía que va en franca alza.
Y a nivel global, los retos son inmensos. El más obvio es la capacidad del planeta para nutrir, vestir y darle empleo a casi 2.500 millones de seres humanos más, a lo largo de los próximos 35 años.
No se necesita ser un experto para darse cuenta de que la presión sobre recursos escasos como el agua será inmensa, para no hablar de las fuentes de energía. La perspectiva se complica aún más, si se considera que el cambio climático será un factor omnipresente. Y aunque alguien podría decir que todavía, no sobra comenzar a preocuparse, porque el futuro ya está llegando.
Ricardo Ávila Pinto
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