No habían concluido los días de descanso de la Semana Santa cuando ya el Gobierno Nacional y varias alcaldías anunciaron un nuevo paquete de medidas restrictivas ante el preocupante aumento de los contagios de covid-19.
Al concluir este período vacacional, donde miles de colombianos salieron de turismo o a visitar familiares, la Casa de Nariño determinó el regreso del “pico y cédula”, toques de queda nocturnos, prohibiciones de las aglomeraciones en playas y malecones, de acuerdo con el nivel de ocupación local de las unidades de cuidados intensivos (UCI).
Debido a la disparada de casos y muertes y las UCIs, varias capitales del país están en observación: Bogotá, Medellín, Cali, Santa Marta, Barranquilla, Manizales, Armenia, Tunja, Montería, Leticia y Pereira. Ayer las administraciones locales de varias de estas ciudades recrudecieron las restricciones. El Distrito Capital, por ejemplo, le propondrá al presidente Iván Duque el regreso de Bogotá a las cuarentenas generales, que caracterizaron la respuesta a la pandemia el año pasado. Si la Casa de Nariño acepta, la capital de la República tendría por las próximas dos semanas un esquema de confinamiento de “4x3”: cierre total de jueves a domingo.
Como se había venido advirtiendo por parte de las autoridades sanitarias, el país transita hacia un tercer pico de contagios desde antes del inicio de la Semana Santa.
Los primeros cinco días de abril muestran el deterioro de los principales indicadores epidemiológicos. En ese corto periodo desde el pasado Jueves Santo, el Ministerio de Salud registró 50.032 nuevos casos de covid-19 y un promedio diario de 174 muertes. Estos son guarismos que no se veían desde el pasado pico en los primeros meses del año.
En contraste con el alarmante aumento de casos, las cifras de vacunación en el territorio nacional no han adquirido la necesaria estabilización. Por ejemplo, el reporte oficial del pasado domingo registra poco más de 27.000 dosis.
Esta no es una situación exclusiva de Colombia. Varios países europeos como Francia, Italia y España han regresado a los confinamientos. En América Latina, Chile, ejemplo mundial de vacunación, ha visto decaer sus indicadores sanitarios de la pandemia al mismo tiempo que se destaca en su ritmo de aplicación de dosis.
Lo más grave es que, si bien muchos colombianos cancelaron sus viajes ante las restricciones de Semana Santa en populares destinos turísticos, es probable que en los próximos días se empiecen a detectar los contagios, producto de la temporada de vacaciones.
No cabe duda que las disposiciones sanitarias del Gobierno Nacional y las administraciones locales requieren del apoyo ciudadano así como los llamados al autocuidado y a extremar las medidas de protección ya conocidas como el uso del tapabocas, el distanciamiento social, el lavado de manos y evitar aglomeraciones.
No obstante, es momento de invitar a las autoridades nacionales y locales a definir y diseñar las medidas que eficaz y eficientemente contribuyan a reducir el número de muertes y de contagios. Aunque la tentación de encender el “piloto automático” con un paquete amplio de restricciones es alta, sería clave analizar cuáles han servido en su propósito de detener la propagación del virus y no solo afectar la actividad económica.
Estudios como el de ANIF ratifican que muchas medidas tomadas contra la covid por ciudades como Bogotá no son efectivas en bajar la mortalidad y sí golpean a hogares y empresas, hoy en reactivación.
Francisco Miranda Hamburger
framir@portafolio.co
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