El año entrante, millones de colombianos irán a las urnas para elegir 32 gobernadores y más de mil alcaldes, entre ellos, los gobernantes de las principales ciudades. En el 2015, los temas urbanos entrarán con fuerza al debate nacional en camino hacia la época electoral del tercer trimestre. En casos como el de Bogotá, el pulso por la alcaldía se adelantó y los bloques políticos ya están lanzando sus cartas a la mesa: desde el uribismo hasta el Polo Democrático y los progresistas.
Pero, ¿cuáles son las preocupaciones que hoy desvelan a los habitantes de los municipios más grandes? ¿Sobre cuáles asuntos debería girar la agenda del año electoral que comenzará en un par de semanas? Una respuesta inicial está en la reciente serie de encuestas sobre bienestar urbano de la firma Gallup, El Espectador y varios periódicos regionales. Las mediciones, que consultaron a ciudadanos de Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, pintan una angustia común: la inseguridad.
Las cuatro ciudades más populosas del país comparten el temor de la violencia en las calles, los robos de celulares y las agresiones. Esos resultados son similares, por ejemplo, a la encuesta de percepción del programa ‘Bogotá, Cómo Vamos’ para este año. De acuerdo con esta iniciativa cívica de la Casa Editorial El Tiempo, 52 por ciento de las personas se sienten inseguras en la capital, un aumento de diez puntos en comparación con el año anterior. Para tres de cada diez, esa sensación de incertidumbre se amplía a los barrios, indicador que subió 8 puntos porcentuales en un año.
Que la seguridad encabece las preocupaciones de los habitantes de los más importantes municipios –y también de ciudades intermedias– impactará las campañas por las alcaldías. Los ojos permanecerán puestos, como es debido, sobre los burgomaestres y comandantes de Policía, responsables de poner en marcha la política fijada. Anuncios como el aumento de cámaras por parte del Ministerio de Interior son bien recibidos por la opinión pública ante la utilidad que tienen para identificar delincuentes.
No obstante, los resultados en la materia no coinciden todo el tiempo con la percepción de los ciudadanos. De hecho, en este año las cifras de homicidios se redujeron en el territorio nacional.
Medellín y Cali son dos de las capitales que más aportan a esa caída en el registro de muertes violentas. Si bien la disminución de homicidios debería reflejarse en un clima de mayor tranquilidad, los robos, en especial de celulares, continúan deteriorando la sensación de seguridad en las grandes ciudades.
Un segundo tema trasnocha a la mayoría de habitantes urbanos: la movilidad. Aunque con un porcentaje menor que la inseguridad, el transporte público es considerado un asunto de urgencia, en especial para los bogotanos y los caleños. La insatisfacción de los usuarios en estas dos urbes con su sistema de transporte, se convirtió hace rato en desespero. Las protestas y manifestaciones son constantes, mientras crece la sensación de impotencia de la gente.
La política de modernización del transporte público que se ha venido implementando en varias ciudades sufre actualmente de graves problemas. La mayoría de los sistemas integrados están hoy en dificultades financieras, técnicas o ambas, mientras que la confianza ciudadana en los ‘transmilenios’ está en un punto bajo, en especial en Bogotá, donde nació este esquema. Por otro lado, las motos también se han convertido en un problema que necesita mayor control y regulación.
La seguridad y la movilidad no son las únicas angustias en las ciudades, pero desde ya lideran la agenda de las inquietudes, con miras a las campañas locales del 2015. Ojalá que el debate público permita a los votantes conocer más de las respuestas de los aspirantes a estas preocupaciones prioritarias y que la gestión en estas temáticas mejore en el último año de gestión de los actuales mandatarios.
Ricardo Ávila Pinto
ricavi@portafolio.co
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