El tramo final del año ha estado caracterizado por la dinámica positiva de la reactivación económica. Si bien con alertas y preocupaciones de corto plazo, las proyecciones del crecimiento del PIB en 2021 continúan revisándose al alza y ya, en muchos casos, superan el 9 %, así como mejoran las percepciones de empresarios y de consumidores frente al desempeño de la economía.
No obstante, esta ‘oleada’ de optimismo no parece permear con igual fuerza la opinión de los colombianos sobre la situación de la sociedad colombiana. El pesimismo social y colectivo contrasta así con un sentimiento más positivo desde los actores de la economía. Los indicadores recientes ratifican que la reactivación económica es una realidad tangible y que se está traduciendo, en mayor o menor grado, en actividades productivas, ventas, puestos de trabajo, entre otros.
Por ejemplo, en la más reciente encuesta Invamer retrocedieron los pequeños avances en algunas percepciones de la opinión sobre la economía y los empresarios que se habían registrado en mediciones anteriores. A pesar de la inocultable reactivación, el 77 % de los colombianos continúa pesimista sobre el país, el 81% y el 79 %cree que están empeorando la economía y el empleo, respectivamente.
De hecho, el 57 % manifestó que está insatisfecho con su estándar de vida, es decir, con las cosas que puede comprar y hacer. Hace un año, en plena pandemia, ese indicador estaba en un 37 %. Es el nivel más alto de insatisfacción registrado en 10 años y medio que llevan haciendo la pregunta. Asimismo, la favorabilidad de los empresarios cayó cinco puntos y su rechazo se elevó otros 6 puntos, en medio de los esfuerzos de la reactivación.
Por otro lado, una reciente medición de Confecámaras a una muestra mayoritariamente conformada por mipymes de servicios y comercio reflejó que el 50,1% ha contribuido a la reactivación mediante la protección de puestos de trabajo y la creación de nuevos. Además, la mitad apoya la democracia mediante la denuncia de la corrupción y la articulación con el sector público. Entre enero y septiembre de 2021, nacieron 251.008 nuevas empresas, 16,6 % más que en el mismo periodo de 2020.
La fotografía de la encuesta Invamer no se corresponde con una sociedad en un ritmo intenso de reactivación económica y de recuperación de empleos, así sea con un rezago importante. Tampoco con una economía en la que incluso los sectores “primeros en cerrar y últimos en abrir” están ya con una tendencia positiva y en la que la vacunación, junto a otros factores, están jalonando una dinámica optimista.
Hay que reconocer que las corrientes pesimistas de la sociedad colombiana son caudalosas, persistentes y muy desarticuladas de las realidades económicas. Sin embargo, el cóctel de reactivación y rabias no es recomendado para un país en el trance de retornar a su senda de crecimiento y en camino a una campaña presidencial. De poco servirá avanzar en esa ruta de recuperación si los hogares colombianos no experimentan o valoran los beneficios de ese dinamismo en la economía.
En otras palabras, en medio de la reapertura total y el retorno de la presencialidad, las empresas no pueden perder de vista esos caminos en los que sus trabajadores viven la reactivación. Al mismo tiempo, el debate electoral no puede olvidar el rol del sector privado, y en especial de las mipymes, en la protección y la creación de puestos de trabajo. No se trata de vender un ‘paraíso’ sino de equilibrar la recuperación tangible con las angustias del futuro.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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