En sus primeras entrevistas a medios de comunicación tras su designación, el próximo ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo ha manifestado su intención de eliminar los días sin IVA. Para el futuro jefe de las finanzas públicas estas jornadas “no han sido una buena política. No ha beneficiado a los hogares pobres. Muchos de los productos que terminan sin IVA son importados y eso tiene un costo”.
Esa evaluación va en sintonía con críticas técnicas que ha recibido la medida desde antes de su aprobación e implementación. Por ejemplo, para el tanque de pensamiento Fedesarrollo los días sin IVA tienen una incidencia regresiva ya que benefician mayoritariamente a las personas de ingresos medios y altos.
Otra crítica habla del desplazamiento de la compra hacia los días en los que aplica la exención del impuesto y no de un estímulo adicional al consumo. Otro bloque de críticas se concentra en la pérdida del recaudo fiscal que implican estos ‘festivos tributarios’ así como de sus efectos en la llamada ‘cultura tributaria’ de la ciudadanía. Ante la creciente necesidad de más recursos, de acuerdo a estos economistas, el Estado sacrificaría ingresos por impuestos.
El balance de los ocho días sin IVA, realizados desde junio de 2020, refleja una dinámica positiva y en sincronía con la reactivación de la economía. En esas ocho jornadas, de acuerdo a cifras de la Dian, se han vendido alrededor de $66,17 billones. En el último de estos ‘festivos tributarios’ se acumularon ventas por más de $10,61 billones en 7,27 millones de facturas.
Las ventas del más reciente día sin IVA, el segundo de este año y al parecer el último, que se llevó a cabo el pasado 17 de junio, registró un aumento del 16,6% en el valor de las ventas y de 6% en el número de las transacciones. Esto significa que los consumidores están aprovechando cada vez la jornada y estimulando la dinámica del comercio. En plena senda de reactivación de la economía, estos ‘festivos tributarios’ impulsaron al sector comercial, uno de los motores de la recuperación positiva del país.
De hecho, precisamente Fenalco, el gremio de los comerciantes del país, calificó de “enorme error social y económico” acabar con los días sin IVA. De acuerdo a la organización gremial la medida ha beneficiado tanto a los grandes establecimientos comerciales como a los micro, pequeños y medianos. Asimismo, invitaron al nuevo gobierno, y al próximo ministro Ocampo, a un espacio para mostrarles los beneficios para la industria nacional.
Cabe asimismo añadir que, en más de una ocasión, el Dane atribuyó comportamientos positivos en la dinámica de disparada de la inflación a la celebración de días sin IVA. La baja de algunos precios, como producto de la jornada de exención impositiva, termina por reflejándose en el índice al consumidor del mes respectivo. En momentos en que la inflación anual en junio repuntó al 9,67%, la más alta registrada en 22 años, hace sentido que iniciativas como los días sin IVA sean analizados desde su efecto como mitigador a los altos precios para los hogares de clases medias.
El gobierno entrante goza de toda la libertad para eliminar las medidas e iniciativas que considere que no se ajustan a sus intereses, en especial cuando significan la pérdida de recaudo tributario. Pero no sobra invitar a la nueva Casa de Nariño a una revisión con más detalle y análisis del rol de los días sin IVA en el estímulo al sector comercio, a la reactivación de la economía y frente a la inflación, e incluso mirar ajustes que se alineen mejor con las políticas de la nueva administración. Los consumidores agradecerían mantener esas jornadas.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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