Hace pocos días el Dane publicó la vigésimo-cuarta ronda de su encuesta Pulso Social y en esta medición incluye un nuevo módulo sobre la percepción de pobreza y desigualdad entre los colombianos. Ad portas de iniciar un nuevo debate nacional sobre la reforma tributaria del gobierno entrante, cobran importancia tanto cómo se perciben las desigualdades sociales como la posición de los hogares ante su condición económica y el pago de impuestos.
Queda claro del reporte que la inmensa mayoría de los encuestados (94,2 por ciento) considera que hay desigualdad en la sociedad colombiana y dos de cada tres la considera completamente inaceptable. Además, los colombianos consideran que el porcentaje de pobreza es mucho mayor del que las estadísticas y mediciones objetivas establecen: el 55 por ciento cree que los pobres en Colombia superan el 60 por ciento de la población.
Otro aspecto interesante del nuevo módulo de la encuesta Pulso Social está en los distintos grados de responsabilidad sobre la reducción de la desigualdad entre pobres y ricos que los jefes de hogar le asignan al Estado, las empresas y las personas de mayores ingresos. Mientras el 53,6 por ciento de los colombianos le asigna la máxima responsabilidad al Estado en cerrar esas brechas sociales, el nivel para el sector privado y los más ricos es más moderado. No sorprende que el acceso más difícil a una selección de servicios y oportunidades sea el del mercado del trabajo, seguido por la Justicia.
Pero uno de los resultados más llamativos de esta medición del Dane se refiere a los impuestos, a quién debe pagarlos, a cuánto se cree que se paga y a cuánto debería ascender esa carga tributaria. Uno de cada tres colombianos considera que no es su deber el pago de tributos al Estado, mientras que el 22 por ciento manifiesta que en efecto no lo hace. A lo anterior se añade que el 56 por ciento de estos jefes de hogar encuestados considera que los ciudadanos contribuyen, pagan hasta un 20 por ciento de sus ingresos mensuales en impuestos.
Si bien estas son respuestas orientadas a la percepción subjetiva de este tema y no reflejan la realidad objetiva de las cargas impositivas que tienen los colombianos, sí permite ratificar la concepción que buena parte de los ciudadanos tiene sobre el nivel de contribución fiscal que debería asumir. En pocos días el nuevo Gobierno oficializará el texto definitivo del proyecto de reforma tributaria que, como lo ha afirmado el próximo ministro de Hacienda José Antonio Ocampo, incluirá aumentos de impuestos a quienes devenguen ingresos de más de 10 millones de pesos mensuales.
La recomendación de concentrar más cargas tributarias en las personas naturales y aliviar un poco las de las empresas también se incorporará en el próximo ajuste fiscal. De todas maneras, sin negar la premisa de que los colombianos con mayores ingresos aporten, es inconveniente seguir alimentando esa concepción de que todo ese peso impositivo para financiar las altas expectativas sociales que ha despertado el gobierno entrante deben caer única y exclusivamente sobre las empresas y una muy reducida minoría de personas con altos ingresos.
Como lo muestra esta encuesta del Dane, la percepción subjetiva de la pobreza, la riqueza y el nivel de impuestos difiere de las mediciones y cifras objetivas. Estas diferencias continúan fortaleciendo la idea en la mente de buena parte de los ciudadanos de que pagar tributos no es su responsabilidad, con nocivos efectos sobre la cultura impositiva y, al final de cuentas, sobre la democracia.
FRANCISCO MIRANDA HAMBURGER
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