Quién lo creyera, hay muchos negocios que en el fondo lo que hacen es sacarle partido a la soledad del ser humano. Las solas y los solos en un bar. Los solitarios buscando socializar en las extendidas noches de un fin de semana, en los múltiples y diversos lugares de entretenimiento. La soledad como negocio.
Solo que el asunto, que no tiene nada de nuevo, toma su tinte de interesante ahora que tiende a masificarse, expandiéndose a través del intricado mundo de la redes. De el proceso de reingeniería, tradicional negocio de la telefonía fija al, hoy tan boyante, negocio de la telefonía móvil hay un marcado proceso de innovación que se sustenta en una nueva manera de beneficiarse de las redes sociales.
¿No se están convirtiendo, acaso, en negocios que le sacan provecho a la soledad iniciativas como Second Life, MySpace, Facebook, Habbo Hotel, y los cientos más de sitios de comunidades que batallan hoy día por un lugar de preeminencia en la Web? Todos ellos buscan explotar comercialmente, de una u otra manera, el boyante mercado de las pasiones humanas.
Además de salir al andén de tu casa a conversar con tu vecino ya hoy día es igualmente viable pasarte un buen rato en el andén de la virtualidad espantando tu propia soledad y buscando, de paso, nuevas experiencias sicológicas.
Todo pareciera ser un negocio de comunicaciones, pero es mucho más que esto. La virtualidad si que aguanta con la publicidad. Y que bien que conecta con los negocios de los estilos de vida y con los negocios del narcisismo. La gente, además de cuidar su imagen en la vida real, está hoy, más que nunca, empecinada en cultivar su existencia en la red. Así que en el fondo, como ya lo muestran claramente los hechos, se trata de un negocio de mercados y de mercadeo que ha encontrado un nuevo y lucrativo espacio de desarrollo. No hay que olvidar que día a día se incrementa ese grueso de habitantes del planeta, clientes conocidos como la generación del milenio, que nacieron con la conectividad, el entretenimiento y la convergencia digital.
Es también mucho más que un negocio de comunicaciones y de mercados porque, como igualmente se viene demostrando, la conectividad social puede muy bien derivar en productividad. La conectividad, además de servir de sustento a un buen ambiente para atraer anacoretas, es ante todo una buena plataforma para soportar procesos colaborativos y de coordinación intra e interinstitucionales. Decantadas las cosas tal vez se esté haciendo realidad el idílico reino de los mundos paralelos, y la posibilidad de transitar en ellos con una doble personalidad: la de aquí y la de allá. Después de todo, tal vez no vamos a estar tan solos.
flondono@eafit.edu.co
La soledad como negocio
También es el caso de MySpace, Facebook, Habbo Hotel que buscan explotar comercialmente el mercado d
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Félix Londoño
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