Como ya es costumbre, el año se inicia con un nuevo salario mínimo después de largas discusiones entre gremios empresariales y organizaciones de trabajadores y pensionados que agotaron el plazo legal para fijar de manera concertada su incremento y en donde el Gobierno se vio obligado nuevamente a expedirlo por decreto.
Igualmente la élite empresarial y los analistas de siempre que defienden intereses privados, salieron a dictar dogma de los efectos perversos del aumento del salario mínimo por encima de la inflación y su productividad.
Para analizar esto, tratemos de entender las causas y las consecuencias de la inflación. Un primer concepto inflación de costos coloca como causa uno o varios de los costos de producción. Esta en principio se traduce por la repercusión sobre el precio de venta de un aumento de precios por ejemplo de las materias primas. Pero si son los salarios que aumentan más rápido que la ganancia de productividad, este aumento puede repercutir sobre los precios de venta puesto que algunas empresas intentarán mantener o incrementar su margen de utilidad lo que puede generar una espiral inflacionista en donde el alza del uno no hace sino compensar la de los otros y en donde juega mucho el nivel de competencia existente en el mercado, entre otros factores.
Ahora bien, una inflación puede provenir de una cantidad de dinero excesiva o mejor de un crecimiento demasiado grande de la masa monetaria con respecto al crecimiento de la producción. Sin embargo, aparece el segundo concepto inflación por la demanda que explica el aumento de precios por un desequilibrio entre la oferta de bienes que pueda ser insuficiente y la demanda de los consumidores.
Afortunadamente esta explicación permite encontrar un remedio a la inflación en el crecimiento de la oferta de bienes mediante el aumento de la capacidad utilizada de las empresas que hoy se sitúa alrededor del 80% en la industria colombiana. El índice de poder de compra del nuevo salario mínimo calculado como el índice del salario nominal dividido por el aumento esperado de la inflación refleja un aumento que no excesivo del 2.5%.
A veces lo anterior no gusta pues puede provocar transferencias de poder de compra entre los agentes económicos. Sin embargo, el aumento relativo en el índice de poder de compra permite aumentar los volúmenes de ventas y la utilización de las capacidades de las industrias, incrementar el consumo de los hogares por mayores salarios reales y producir mayores utilidades a las empresas, activando el círculo virtuoso que requiere una economía para jalonar su crecimiento.
Además las empresas cuentan con la posibilidad de planear el aumento de sus capacidades de producción o mejoría de la eficiencia de producción con mayor inversión en nuevas tecnologías que es lo que permite en últimas dar los grandes saltos de productividad. Sobre el tema, un amigo me recordaba en estos días las sabias palabras de un empresario como Hernán Echavarría Olózaga que es hora que los empresarios del país dejen de parecer rentistas de capital y se conviertan en verdaderos creadores de riqueza en nuestro país.
Francisco Barnier González
Asesor Banca de Inversión & Consultoría
fbarnier@gmail.com