Hacía mucho tiempo no se daban cita los principales responsables del sistema de salud a debatir de forma amplia y tranquila.
En estas páginas, en noviembre último, señalé en una columna titulada ‘Parte de la solución, no del problema’, que “los actores del sistema de salud tienen la obligación de participar y aportar en la búsqueda de soluciones a la crisis, y ello exige convocarlos, escuchar y construir alternativas conjuntas, entender sus preocupaciones y propuestas”.
Desde hace años vengo insistiendo, personalmente, a cada ministro de turno –y a todos los voceros y principales actores del sistema–, que es necesario poner a hablar a quienes hacen parte del mismo, debido a la polarización y litigio constantes que allí imperan. Sin embargo, metidos los ministros en la vorágine de una cartera tan complicada, siempre pospusieron el establecimiento de verdaderos canales para la comunicación y solución de controversias; incluso algunos, por el contrario, se especializaron en atizar enfrentamientos, como Diego Palacio, o respondieron que “ellos eran capaces solos”, como Beatriz Londoño, antes de ser retirada de su cargo por el Presidente. Pero solos no pudieron.
El sistema, como su nombre lo indica, es un conjunto de necesarios agentes que interactúan, a los que hay que coordinar y aunar, que están en el sector porque fueron convocados por la Constitución y la ley. Y es responsabilidad del Ministerio, la rectoría y liderazgo.
El ministro Alejandro Gaviria, con apoyo del BID, se acaba de apuntar un verdadero hit al haber llamado recientemente a una cumbre por la salud, a la que invitaron a los principales representantes de la academia, profesionales médicos, de la industria, pacientes, aseguradores, hospitales, secretarías de salud, y también, algunos políticos estaban en la lista.
Durante esos dos intensos días, evidentemente, no se solucionaron los problemas estructurales para la atención de servicios, pero sí se dio un buen escenario para el debate tranquilo, con altura, sin buscar unanimismo y respetando el disenso, que también lo hubo.
Está sobre la mesa una reforma en el Congreso, infortunadamente en medio de un periodo electoral condimentado con ingredientes de reelección, radicalización política e inciertos diálogos de paz. Así que se hace necesaria la búsqueda de consensos en pos del bienestar de la gente, sin olvidar la realidad de cada agente, pues ellos son fundamentales para la atención médica. ¿O podrían prestarse servicios de salud sin hospitales, o sin administradores, o sin médicos, o sin medicamentos?, claro que no.
Ojalá que esta iniciativa, liderada por el actual Ministro se continúe, que sirva para el restablecimiento de debates constructivos en el malhadado sistema de salud, y que posibilite el “que se acaben los debates desde las trincheras”, tal como lo ha señalado, con preocupación, Álvaro José Cobo, de Asocajas.
De cara a la reforma, sin duda, la Cumbre por la Salud fue una señal correcta, en la dirección correcta.
Francisco De Paula Gómez
Presidente de Afidro