El más reciente ‘Reporte Anual de Inclusión Financiera’, publicado por la Superintendencia Financiera y la Banca de las Oportunidades y correspondiente al pasado año 2020, ratifica el avance de los indicadores de bancarización en el país y su aceleración durante la pandemia.
A finales del año pasado más de 32 millones de colombianos contaban con al menos un producto financiero, es decir un aumento del 5,8 por ciento con respecto a 2019.
Esta aceleración experimentada en el año de la irrupción del covid-19 llevó el indicador de acceso a un 87,8 por ciento de la población adulta. Esto significa la superación de la meta del 85 por ciento, incluida en el Plan Nacional de Desarrollo con al menos dos años de anticipación. El avance en la última década en estos indicadores es destacable: este nivel de bancarización subió 25,8 puntos porcentuales desde 2010.
Los impactos de la pandemia, sumados a la implementación de canales de transferencias monetarias como Ingreso Solidario como parte de los paquetes de ayudas del Gobierno, se tradujeron en un veloz incremento tanto en el acceso como en el uso de productos financieros.
Asimismo, las diferencias regionales y los retos del crédito en momentos de angustias económicas son aspectos a atender para profundizar la inclusión. También merece atención el esfuerzo necesario para cerrar los seis puntos porcentuales en el indicador de bancarización que separan a los hombres de las mujeres.
Haber superado estas metas oficiales abre la oportunidad para que las autoridades financieras y actores del sector financiero se concentren en esas brechas más específicas en términos de regiones, género, productos y grupos poblacionales. La inclusión financiera para la economía colombiana no solo permite a los ciudadanos un mejor manejo de su dinero sino también contribuye a la formalización.
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